El duro camino que deben seguir las familias de personas desaparecidas

Luis Vera Segura fue encontrado, aunque fallecido, tras largos meses de angustiante búsqueda. Sus familiares pudieron darle sepultura, pero otras siguen esperando noticias de un ser querido que desapareció.

Tras las celebraciones por la bienvenida al año 2025, hay quienes lamentablemente no pueden festejar, ya que alguien de la familia falta. Esa es la realidad que viven las familias de personas extraviadas. 

En la Región de Los Ríos, existen varios casos de desaparecidos, algunos desde meses o incluso años, como Yordan Fernández Ruiz, de quien nada se sabe desde el 16 de diciembre de 1997, cuando estudiaba en el Liceo Industrial Ricardo Fenner de La Unión, manteniéndose su expediente investigativo abierto. 

Asimismo, el 6 de junio del 2022, el estudiante de Ciencias de la Universidad Austral, Roger Lampert, salió de su casa supuestamente a reunirse con un profesor, perdiéndose su pista en el sector de Clemente Holzapfel con Lastarria, de la ciudad de Valdivia. 

En Reumén, comuna de Paillaco, Patricio Muñoz Marabolí desapareció el 29 de enero del año 2023 y a pesar de una intensa búsqueda, nada se sabe de él hasta la fecha. 

Mario Cárdenas, de 22 años, el 23 de abril del 2024 escapó del Hospital Base Valdivia, justo antes de ser ingresado por un delicado cuadro de paranoia, desde entonces su familia no ha conseguido pruebas concretas de su paradero.   

Esos son algunos de los casos que se conocen en nuestra región, de personas que un día salieron de sus domicilios o algún establecimiento para no volverse a saber de ellos, dejando a sus familiares sumidos en la angustia y la incertidumbre. 

También está el caso de Luis Vera Segura, quien desapareció el 29 de abril del 2024 pero, a diferencia de los anteriores, si fue encontrado, aunque fallecido, siete meses mas tarde, después de una larga y angustiante búsqueda. 

¿Qué pasa con los familiares ?  

Josefina Vera, hija de Luis Vera Segura, conversó con Grupo DiarioSur y entregó sus opiniones desde la amarga experiencia de perder a su padre y cómo, armada con una tenaz voluntad, junto a su familia impulsó la búsqueda.

"Uno de los mayores problemas es que las familias, al enfrentar una desaparición, están completamente desorientadas. No saben qué pasos seguir, qué trámites realizar ni cómo priorizar las acciones”, indica.  

“Esto es normal porque no se está preparado para algo tan doloroso y complejo. Lamentablemente, en lugar de recibir orientación clara desde el inicio, muchas veces las familias tienen que aprender sobre la marcha, lo que provoca que se pierda tiempo valioso”, agrega. 

Josefina comenta que sintió falta de coordinación entre la institucionalidad y la familia, calificando como una falencia el que no se atienda con mayor cuidado la comunicación con quienes sufren por la pérdida. 

"Falta que las instituciones como Fiscalía y PDI tomen un rol más activo en coordinarse con las familias desde el primer momento. Deberían convocar reuniones iniciales donde expliquen claramente qué se va a hacer, qué les corresponde a las autoridades y qué puede hacer la familia para apoyar la búsqueda”, afirma.  

“La coordinación es fundamental, no solo entre las autoridades y la familia, sino también con otros equipos como ONGs de búsqueda, bomberos o vecinos, quienes muchas veces están dispuestos a ayudar, pero no reciben una guía adecuada”, complementó. 

“En el caso de mi papá, Miguel Vera, me enfrenté a una falta de rapidez en los procedimientos. Por ejemplo, algunas cámaras de seguridad no se revisaron a tiempo y cuando lo hicieron, ya se habían borrado registros importantes”, aseguró.  

“Las declaraciones de testigos, que son esenciales porque las personas olvidan detalles con el tiempo, se tomaron dos semanas después. Esto demuestra que hay una desconexión entre la urgencia que siente la familia y el ritmo al que actúan las instituciones”, consideró Josefina. 

“Me sentí desamparada al inicio porque no sabía qué hacer, y me encontré haciendo el trabajo que les corresponde a las autoridades: buscar testigos, hablar con vecinos, recolectar información, presionar para que revisaran cámaras y organizando búsquedas”, compartió.

Los casos de personas desaparecidas continúan en investigación, sin embargo, a veces el dolor se prolonga demasiado. 

La noche del jueves 9 de mayo del 2024, falleció a los 72 años en Ancud, Ruperto Fernández, padre de Yordan Fernández, sin conocer la verdad de lo que ocurrió con su hijo.

Igualmente, Luis Alberto Lampert Riquelme, padre de Roger Lampert, falleció el 16 de agosto del año pasado. 

Josefina Vera pudo finalmente dar sepultura a su padre y procesar una etapa de duelo que todo ser humano necesita atravesar para continuar su vida, pero para otras familias, a la fecha, ese es un derecho negado.