Tras dos años de intenso entrenamiento, Tatiana López, la única mujer latinoamericana seleccionada para la Misión Asclepios II, finalmente cumplirá su sueño de participar en un desafío internacional que busca replicar las condiciones de sobrevivencia en la Luna. Tatiana es Mentora de la Red PROVOCA de AUI/NRAO, socio norteamericano del observatorio ALMA, y estudiante de Ingeniería Civil Aeroespacial de la Universidad de Concepción.
Asclepios II es la segunda misión análoga de Misión Asclepios, un programa exclusivo para estudiantes que busca entrenar astronautas de forma análoga, liderado por el Instituto Federal de Tecnología de Lausanne (EPFL) con la Agencia Espacial Europea (ESA).
A partir del próximo 14 de julio y durante 2 semanas, Tatiana se aislará junto a otros 6 jóvenes de diferentes nacionalidades, entre 28 y 21 años. En el año 2020 fue seleccionada de un total de 11 participantes y luego calificó como finalista, tras un entrenamiento teórico y físico, que pronto demostrará las habilidades desarrolladas para vivir en condiciones extremas, como la falta de gravedad, bajas temperaturas y confinamiento.
La base astronáutica fue replicada en los túneles de Sasso San Gottardo, en la frontera con Italia, en los Alpes suizos (fortaleza patrimonio de la Segunda Guerra Mundial); reuniendo condiciones como la falta de luz natural y todo tipo de equipamiento similar al de una nave espacial, además de comida deshidratada.
La misión está minuciosamente planificada en una bitácora e incluye responsabilidades con tiempos asignados a cada miembro de la misión de acuerdo a su rol, contando entre ellos a especialistas en seguridad, salud, ciencia, ingeniería y comunicación con la base de control. La misión también incluye algunas salidas extra vehiculares con trajes especiales que simulan el peso y las condiciones de un astronauta, restringiendo el oxígeno, la temperatura y la capacidad de movimiento corporal. "Cada traje pesa entre 7 y 10 kilos y a través de su cubierta circula un líquido refrigerante, lo que sin duda dificulta las condiciones para moverse y concentrarse", explica Tatiana.
Junto a Elena López Contreras (España), otra astronauta análoga hispano parlante; compartieron sus expectativas antes de la misión. Ambas señalaron que desde octubre de 2021 fueron entrenadas físicamente en las montañas suizas, debiendo resolver diversos desafíos a contra reloj, desde dormir a la intemperie, privarse de horas de sueño, bucear bajo el hielo, e incluso aprender a suturar heridas y realizar ecografías, entre otros procedimientos médicos de emergencia. "En este tiempo además tuvimos el apoyo de psicólogos y psiquiatras para manejar el estrés y el trabajo en condiciones críticas, velando por nuestra salud mental", añade la joven chilena. Y es que ella recuerda que uno de los entrenamientos más duros consistió en dejar al grupo en un punto de un bosque y darles un mapa, una brújula y cargarle 16 kilos a cada uno, manteniéndose despiertos 48 horas hasta llegar a destino.
Si bien el grupo será monitoreado desde una central con cámaras que los vigilan 24/7, las condiciones replicadas de esta misión se asemejan mucho a las de la Luna y por ende implican un alto nivel de presión y ciertos riesgos controlados de cerca por un equipo de seguridad y médico. Una vez concluida la prueba, los astronautas análogos tendrán una fase de adaptación no solo a la luz natural, sino también a otros procesos biológicos tras un largo periodo de estrés. Coinciden en que este largo entrenamiento les ha permitido conocerse profundamente y sentirse como una familia, en la que cada uno contribuye con sus habilidades y cualidades, todos con un propósito en común: sobrevivir.
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