En Chile las enfermedades hepáticas crónicas representan la tercera causa de muerte en hombres y la sexta en mujeres. Si hablamos de las causas de enfermedad hepática crónica, indudablemente la enfermedad causada por el virus de la hepatitis C es la que ha experimentado mayores cambios. Basta solo comentar, que se logró identificar el virus recién a fines de los 80 y actualmente ya contamos con fármacos altamente eficaces que permiten eliminar el virus prácticamente en el 100% de los casos y con tratamientos tan solo de 8 a 12 semanas de duración.
La Sociedad Chilena de Gastroenterología y su filial Asociación Chilena de Hepatología (ACHHEP) advierten la importancia de diagnosticar y tratar esta enfermedad hepática por virus C oportunamente.
En el 2015 se estimó que existían 71 millones de personas infectadas, 7 millones de ellas en América del Sur, aproximadamente 35 mil en Chile y 400 mil muertes anuales a nivel mundial atribuidas a su causa.
Las metas que planteó la OMS para las hepatitis virales ya eran muy ambiciosas hace un par de años, pero sin duda el COVID-19 las afectó aún más. El objetivo apuntaba entonces a reforzar las actividades de prevención, identificar a la población infectada, enrolarlos en el sistema de salud e iniciar su tratamiento, lograr una respuesta viral sostenida y hacer seguimiento de la población de riesgo. Pues bien, todos estos compromisos se han visto postergados con la actual pandemia.
El Plan de Inmunización Nacional en Chile incluyó en 2005 y 2018, respectivamente, las vacunas contra hepatitis B y A. En el año 2018, el Ministerio de Salud entregó recomendaciones dirigidas a la población de riesgo, entre ellos los pacientes con enfermedades crónicas.
Además, el doctor Juan Pablo Roblero, presidente de ACHHEP, afirma que "Los pacientes con daño hepático crónico son una población con mayor riesgo de sufrir otros problemas, tales como enfermedades cardiovasculares, neoplasias en general y tienen una mayor susceptibilidad a contraer diferentes infecciones con una mayor mortalidad asociada. La prevención de las infecciones a través de la vacunación es una estrategia importante y debe incluir una valoración individualizada de riesgos".
Añade que existen otros problemas frecuentes asociados a la enfermedad hepática crónica, que afecta de forma importante la calidad de vida en estos sujetos, entre ellos depresión, fragilidad, sarcopenia (pérdida de la masa muscular), osteoporosis, desnutrición, cansancio y trastornos del sueño.
Para el especialista, estos pacientes deben ser aconsejados en relación a estos problemas, y recomendar entre otras cosas, el programa especial de vacunación que tiene para ellos el MINSAL. Además, deben ser educados sobre medidas de prevención de contagio (sexo seguro HVB y VHC) y sobre programas de control especial en sujetos con drogadicción intravenosa. Además, es necesario mantener hábitos de alimentación saludable, evitar el consumo de alcohol, realizar ejercicio y mantener un peso adecuado. Asimismo, añade que es muy importante el control de otras patologías que habitualmente se asocian en estos pacientes, especialmente diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemias, resistencia a la insulina y la enfermedad por hígado graso metabólico.
El Dr. Roblero señala que en Chile "contamos con tratamientos altamente efectivos para el virus de la hepatitis C. El tratamiento de la hepatitis B implica tratamientos prolongados, pero también muy eficaces".
El médico destaca la necesidad de mejorar de manera constante e insistente la educación en nuestros pacientes, ello considerando que un 30% de la población chilena tiene hígado graso, un 70% obesidad y que el consumo de alcohol continúa siendo muy elevado.
"Estimamos que el 20% de esta población puede dañarse de forma más severa si no se trata a tiempo. Es preciso hacer cambios profundos y adoptar hábitos de vida saludable. Solo como referencia, menciono que bajar 5 a 10% del peso, ayuda a recuperar gran parte de los daños que hoy observamos en los pacientes. El uso de fármacos anorexígenos no tienen mayor efecto y pueden ser incluso peligrosos. Lo importante es detectar la enfermedad de forma precoz y conversar sobre las alternativas terapéuticas antes de que sea tarde", sostiene Roblero.
En el caso de daño hepático crónico por virus C, según la Fundación Pacientes Hepatitis (FupaHep), existen entre 30 y 50 mil casos en Chile y solo 1500 están tratados a la fecha. La meta para el 2030 es erradicar la hepatitis C, para lo cual es necesario diagnosticar y tratar 3 mil a 5 mil casos al año durante una década.
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