Con la participación de más de 150 estudiantes escolares y universitarias, educadores y profesionales con interés en las disciplinas STEM, acrónimo en inglés asociado a la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, se realizó el encuentro “Mujeres que la Rompen”, un ciclo de conversatorios organizado por Junior Achievement Chile.
Magdalena Peralta, directora ejecutiva de Junior Achievement Chile, aplaudió el interés de las participantes y añadió: “esperamos contribuir mediante la creación de espacios compartidos con estudiantes, educadores y sociedad civil, con el propósito de colaborar para una mayor equidad de género en disciplinas como la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, áreas en las que históricamente se ha observado una baja participación femenina. Necesitamos abrir más conversaciones con modelos de rol de carne y hueso, y ¡qué mejor si además son chilenas!”.
En esta oportunidad, participaron Camila Martínez, ingeniera civil telemática que hoy se desempeña en el Departamento de Computing del observatorio ALMA; y Tatiana López, alumna de tercer año de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad de Concepción; ambas miembros de la Red de Mentoras PROVOCA de AUI/NRAO, una iniciativa que busca apoyar a mujeres que decidan seguir vocaciones científicas y acompañarlas hasta que alcancen su meta. A ellas se sumó en este conversatorio; Carol Hullin, experta senior en Salud Digital de la Universidad de Tecnológica de Swinburne, Australia.
Las participantes compartieron sus experiencias de vida, la pasión por las ciencias, la importancia de una incondicional red de apoyo en la familia y el lugar de estudio, y el deseo de motivar a las nuevas generaciones para romper paradigmas y estereotipos en torno a las capacidades y talentos de las mujeres en las disciplinas científicas denominadas como “duras”. La perseverancia, creer en uno mismo y la resiliencia son claves de la autosuperación femenina en el área STEM.
Para Yanira Oyanadel, profesora de matemáticas y de metalurgia, Liceo Bicentenario Técnico Profesional de Minería (Cabildo, V Región): “este tipo de actividades son muy beneficiosas para los alumnos, ya que abren un abanico de posibilidades; desde continuar con sus estudios, introducirse al mundo laboral o convertirse en emprendedores. También ayudan a cambiar la forma de pensar y disponerse a un diálogo constructivo. Tenemos que revertir los prejuicios existentes y ofrecer oportunidades no solo a mujeres, sino también a otros grupos minoritarios”.
Camila Martínez (29 años), desde su cargo en ALMA, explicó que se dedica al diagnóstico y supervisión de los softwares que controlan las antenas del observatorio, así como aquellos que almacenan y procesan los datos capturados en la observación del universo. Criada y educada en Temuco, cuenta que desde niña le gustaron los computadores. “Siempre fui busquilla y me gustaba ver cómo funcionaban las cosas. Luego de echar a perder varios computadores, conseguí reparar un notebook y mi mamá se horrorizó cuando vio todas las piezas esparcidas en la mesa del comedor…pero siempre confió en mí y me dejó hacer”. En la ingeniería encontró su verdadera vocación y antes de trabajar en ALMA, se desempeñó en el Observatorio LLAMA, de Argentina y Brasil, donde se dedicó al desarrollo de software, y más tarde en la Universidad de Sao Paulo, participó en proyectos desde big data hasta el desarrollo de aplicaciones de realidad aumentada.
Admiradora de Hedy Lamarr, actriz e inventora austriaca que sentó las bases del wifi, Camila anima a las nuevas generaciones de mujeres a desafiar sus propios límites y a persistir a pesar de las caídas, ya que cada una de ellas fortalecen y representan importantes aprendizajes. “Hace algunos años era el mejor exponente del síndrome del impostor, y es que no reconocía mis propios logros y eso me hacía muy insegura. En la universidad reprobé un ramo porque venía con mala base y me esforcé para nivelarme. Ese año extra me enseñó mucho y sin esa experiencia no sería la mujer de hoy. Alimenten sus propias redes de apoyo y rodéense de mujeres empoderadas que les ayuden a crecer y superarse”.
Por su parte, Tatiana López (21 años), estudiante de ingeniería civil aeroespacial y una de las 18 seleccionadas como astronauta análoga para una misión del Instituto Federal de Tecnología de Lausanne en Suiza, se define como una mujer testaruda, que precisamente se niega a lo imposible. Desde niña se enamoró de las estrellas y la ciencia, pero también cultivó con entusiasmo la lectura, el arte, la música y los deportes. “Elegí ingeniería porque era un área donde podía meter las manos en la masa y desarmar, y así lo hice con relojes y computadores”. Estudiando biomédica, se inscribió en un grupo de interés en satélites y cohetería. Fue entonces que encontró su vocación y se cambió de carrera. “Más que inteligente, creo que hay que tener esa chispa que te inspira a seguir aprendiendo”, comenta Tatiana.
Agradece el apoyo de su familia y cuenta que nunca hubo diferencias para mujeres y hombres en su casa. El modelo de rol científico lo tuvo desde niña. Su madre es ingeniero y médico, su abuela matrona, su tía profesora de matemática y otras ingenieros químicos. Para ella, el género no es obstáculo y si eres la única en el aula, eso te incentiva a brillar más, asegura. “Como Mentora PROVOCA, me anima decirle a las niñas que la apariencia no importa y nada debe limitarte. Nuestras historias, con caídas y obstáculos, nos hacen únicas y las diferencias nos enriquecen”.
Finalmente, desde Australia, la chilena Carol Hullin, comentó que hace años es asesora en big data y trabaja con 300 alumnos acerca de la dignidad humana y el trato digno a los pacientes. Antes fue decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Temuco y autora del primer libro en español sobre informática de enfermería. “Nací reuniendo las peores condiciones para salir adelante. Soy mujer, indígena y de una familia en la pobreza extrema. La educación no era una opción, sino una oportunidad para sobrevivir”.
Pese a que no tuvo una infancia feliz y creció en un ambiente muy vulnerable, hoy a sus 51 años trabaja desde la ciencia del cuidado, como herramienta tecnológica, ontológica y digital para la dignidad humana. No protesta por ninguna causa, ni usa la violencia, y le habla a las nuevas generaciones para que busquen ambientes culturalmente saludables para potenciar sus talentos y conocimientos. “Mi carrera no me define. Soy mamá y mujer libre, digo y siento lo que quiero. La autoformación te permite llegar a este punto. De mi vida no cambiaría nada porque todo es un aprendizaje profundo y creo que la autodeterminación sirve para autodestruirte o superarte. Les aconsejo que registren sus experiencias en una bitácora y que con energía saquen lo mejor de ustedes. Recuerden que para ser extraordinarias se necesitan esfuerzos extraordinarios”, concluyó Hullin.
Revive este encuentro en: https://www.jachile.org/mujeres-que-la-rompen
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