Dos enormes piedras que se desprendieron del cerro Huequecura en Llifén, impactaron este martes el techo de un microbús que pasaba por el lugar en dirección a Futrono.
Afortunadamente no hubo personas lesionadas, pero por el estado en el que quedó la máquina, urge un llamado a la precaución por parte de quienes transitan a diario por el sector, y también para quienes viven en las cercanías, así como un llamado a la acción por parte de las autoridades, debido al peligro que reviste la cercanía de la ruta con el macizo.
Diario Futrono conversó con el protagonista de esta peligrosa situación, Juan Garrido, quien narró que el hecho ocurrió alrededor de las 08:00 de la mañana cuando iniciaba su trabajo como conductor del bus que realiza varios recorridos diarios entre Calcurrupe, Llifén y Futrono,y que, afortunadamente, a esa hora sólo viajaba acompañado de su hijo que iba rumbo al colegio.
TESTIMONIO
El afectado dijo que pasaba a velocidad normal por el sector de Huequecura en Llifén, cuando escuchó dos fuertes golpes al interior de la máquina. Sin saber de dónde provenían detuvo la marcha y se percató que dos enormes piedras habían perforado el techo y piso del bus.
“Fue realmente impactante porque yo venía conduciendo normalmente y de repente escuchamos un sonido muy fuerte que no sabía de dónde venía, hasta que me di cuenta que fueron estas dos rocas que rompieron el techo y el piso”, contó el conductor a Diario Futrono.
SALVADA PROVIDENCIAL
Lo peor de todo, además de los daños evidentes a la máquina, es que las piedras cayeron a escasos centímetros de su asiento y del que en ese minuto era ocupado por su hijo. “Pasaron a no más de 30 centímetros de nuestros asientos”, dijo aún preocupado el chofer.
Agregó que se trata de una situación de serio riesgo para todos, debido a la proximidad de la ruta con la zona de derrumbes del cerro y que es necesario que se tomen medidas, ya que hace una semana también habrían caído piedras cerca de este lugar.
“Tendrían que hacer un estudio o que alguien se preocupe porque esto es un peligro público. Gracias a Dios no me pasó nada a mí ni a mi hijo, sino no la estaría contando”, finalizó.
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