Cada 11 de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el Día Mundial del Cáncer Próstata, una enfermedad que representa la segunda causa de muerte por cáncer en hombres en Chile, luego del cáncer de estómago. El 90% de los casos se diagnostica en hombres mayores de 65 años.
El cáncer es la primera causa de muerte en el mundo en la actualidad. Por su parte, el cáncer de próstata ocupa el primer lugar de frecuencia en hombres, seguido por el cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal. En Chile, el cáncer de próstata representa el tumor sólido más común en hombres.
Indudablemente, en términos de avances, la introducción del antígeno prostático específico ha permitido disminuir la mortalidad por cáncer de próstata entre el 20% y 30%, pero el problema más importante es el sobrediagnóstico en cánceres con comportamiento biológico no agresivo, situación que ha determinado que hasta hoy no se hayan validado políticas de tamizaje como un programa de salud pública.
Abordar el cáncer prostático como un problema sanitario de importancia en el país, implica no solo educación, sino un adecuado asesoramiento para que los pacientes estén correctamente informados respecto de los riesgos y beneficios del chequeo médico regular. De acuerdo a la evidencia científica, se recomienda iniciar el control preventivo desde los 45 años, incluyendo el antígeno prostático específico y la palpación rectal.
Entre los factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de próstata se incluyen aspectos como la edad, la raza, antecedentes genéticos, hormonales, entre otros.
Cerca del 70% de los hombres mayores de 80 años pueden tener cambios compatibles con cáncer en su próstata, lo que no significa necesariamente que su comportamiento biológico será grave. Asimismo, respecto de la raza; este tipo de cáncer es más frecuente en la raza negra y se puede presentar en edades tempranas. En cuanto a la genética, el riesgo de padecer un cáncer de próstata se duplica en hombres con un familiar en primer grado y tiende a incrementarse en la medida que existan más casos en la familia.
Otras variables incluyen ciertos hábitos alimenticios predisponentes como el consumo elevado de grasas animales, la deficiencia de vitamina D, la baja ingesta de vegetales, y un alto consumo de suplementos de zinc. Sumándose a ellos otros antecedentes como prostatitis, obesidad, la exposición a luz ultravioleta y factores hormonales, como un valor de testosterona en el límite alto, indicador que duplicaría el riesgo respecto de la población normal.
Como consecuencia del diagnóstico precoz y los avances en los tratamientos, la sobrevida ha aumentado significativamente en todas las etapas de la enfermedad, siendo a 5 años de 99%, a 10 años de 93% y a 15 años de 79%, considerando todos los pacientes en conjunto. Por estas razones, el mensaje es a realizar controles preventivos a partir de los 45 años y antes, en caso de tener antecedentes familiares de cáncer de próstata, así como incorporar hábitos de vida saludables para mejorar el pronóstico frente a un eventual diagnóstico.
El cáncer de próstata es una realidad silente que ha tenido que derribar mitos en una sociedad masculina con claros prejuicios y desinformación, abriendo un importante desafío para las autoridades sanitarias, el sector salud, los medios de comunicación y la sociedad chilena.
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