Con el propósito de evaluar no solo la condición física del adulto, sino también cognitivas –aún más en tiempos de confinamiento prolongado- la académica Carolina Méndez-Orellana, profesora de la carrera de Fonoaudiología UC, desarrolló una plataforma que busca analizar el lenguaje espontáneo en adultos. La plataforma de análisis automatizado ALEA (Análisis del Lenguaje Espontáneo de Adultos) fue financiada gracias a un proyecto Fondecyt y está disponible de forma gratuita.
ALEA nace como una herramienta de evaluación dentro de un contexto más natural, donde la persona responde 3 preguntas comunes tales como: cuénteme su última cita al doctor, de su familia y su trabajo. Tras esas preguntas el fonoaudiólogo determina 10 indicadores de su lenguaje, los cuales los compara con datos normativos recogidos de una encuesta estandarizada.
Hasta hoy, los mecanismos para evaluar de forma clínica el estado del lenguaje en el proceso de envejecimiento, fueron diseñados en Holanda y Reino Unido, motivo que impulsó a la académica a desarrollar una plataforma adecuada al español y la cultura chilena.
“El deterioro cognitivo generalmente se mide con test de barrido estandarizados como el Minimental y Montreal Cognitive Assessment, ambas pautas en que el paciente tiene que realizar una serie de ejercicios de memoria, cálculo y escritura, que generalmente someten a stress al adulto mayor durante la evaluación. Si bien estas pautas breves de barrido son muy útiles, en la práctica clínica no abordan los aspectos comunicacionales del adulto mayor, un aspecto crítico de abordar de forma temprana para evitar el aislamiento y la baja interacción social y familiar, señales de alteraciones cognitivas que podrían atenderse de forma más temprana y efectiva”, explica Méndez-Orellana.
Este método desarrollado por fonoaudiólogas y lingüistas clínicos, busca facilitar el análisis del lenguaje espontáneo de usuarios adultos. En base a un corpus de 300 palabras, esta plataforma online ofrece un análisis semi-automatizado entregando valores de 10 variables de interés para la práctica clínica. De forma adicional, entrega valores normativos en base a una muestra de 200 adultos y adultos mayores voluntarios sanos, considerando variables de edad y nivel educacional.
El foco de este estudio es evaluar el deterioro del lenguaje en un contexto cotidiano, analizando la estrategia comunicativa más que el uso de cierto número de palabras. “En la comunicación lo que importa es la intencionalidad y la efectividad como vehículo de conexión de toda persona con su entorno social y físico”, explica Carolina Méndez-Orellana.
La especialista señala que durante la pandemia, la comunicación se ha visto muy afectada en adultos y adultos mayores, ello considerando el aislamiento y el uso de tecnologías a las que no estaban acostumbrados. Méndez-Orellana sugiere fortalecer el trabajo interdisciplinario del personal de salud y asistencia social, de modo de implementar clínicas de la memoria.
“El lenguaje es una habilidad que se deteriora en la medida que no se usa. Es muy difícil si no hay interacción lingüística y si los adultos solo se informan de forma pasiva (ejemplo por la televisión) y no realizan un proceso cognitivo activo como leer”. La implementación de este formato de evaluación más natural, como es ALEA, es capaz de integrarse en las evaluaciones cognitivas”, explica la académica.
ALEA se desarrolló gracias al financiamiento de Fondecyt, liderado por la fonoaudióloga Carolina Méndez-Orellana, el apoyo las tesis de magister Caitlin Holme, Karina Sandoval, Paula Méndez y la tesis de pregrado de estudiantes de la Carrera de Fonoaudiología de la Pontificia Universidad Católica, Gabriela Cruz, Javiera Soto, Fernanda Soto y Macarena Fuenzalida. Su análisis e interpretación fue también liderado por Lingüista Clínica Silvia Martínez-Ferreiro y la Fonoaudióloga Bárbara Cortés.
Actualmente, en la práctica clínica, ALEA constituye una herramienta muy útil para determinar el deterioro normal del envejecimiento en comparación de un deterioro patológico, en especial en personas con demencia. “En el 2020 este proyecto ALEA amplió su espectro de intervención y reclutó a 30 personas con deterioro cognitivo leve, y a pesar de que el estudio aún está en curso, de forma preliminar podemos notar que es una herramienta útil para detectar las alteraciones cognitivas lingüísticas en el deterioro cognitivo leve”, precisó la investigadora.
Conoce la plataforma gratuita y automatizada de evaluación del lenguaje ALEA en: https://lenguajespontaneo.cl/
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