El diputado presidente de la comisión de Etica y miembro de la comisión de Gobierno Interior de la Cámara Baja, Bernardo Berger, esbozó las perspectivas del “cambio de folio” y las prioridades que a su criterio debiera enfatizar el gobierno que asumirá en marzo próximo.
“Los impactos que ha venido acarreando en lo económico, en lo laboral y en lo social la pandemia –y los que aún faltan por hacerse sentir-, debieran ser una prioridad para lo que resta del actual gobierno y del siguiente”, sostuvo el legislador.
Sin embargo, advirtió que “hay factores que pudieran complejizar aún más el escenario: internos tales como la incertidumbre política, el proceso constituyente -que bien sabemos no ha sido todo lo rápido y expedito que se esperaba-. Y externos como el comportamiento internacional de los mercados y la evolución del Coronavirus y sus nuevas cepas”.
Añadió que “por eso, al iniciar el año, es más gravitante que nunca comprometer desde lo público los mayores esfuerzos para trabajar con miras a la recuperación de los chilenos; deponer los objetivos dogmáticos para avanzar en lo práctico y lo necesario; en pensar primero en las personas y las familias; en reducir la burocracia para pasar a la acción; en concretar tanto proyecto de inversión que duerme el sueño de los justos en obras de papel. En devolver seguridad y paz social a todo el territorio afectado por la violencia, la delincuencia y el narcoterrorismo”.
Berger agregó que el 2022 podría estar fuertemente golpeado por la inflación, que implica la pérdida progresiva del valor del dinero y por ende el encarecimiento de la vida.
“Aquí hay una tarea apremiante para frenar esta espiral, reducir la fuga de capitales y devolver la estabilidad al empleo y la inversión. Estaremos atentos a que la conducción del país vaya en el sentido correcto”, señaló.
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