Juan Carlos Contreras, propietario de la emblemática panadería El Torreón, enfrenta uno de los momentos más difíciles de su vida tras un devastador incendio que consumió su negocio en Valdivia el jueves 21 de noviembre.
"Estaba en Santiago cuando me enteré que mi panadería se estaba quemando. Regresé inmediatamente, pero solo encontré escombros; no se salvó nada", lamenta Contreras, quien ha dedicado 30 años a este establecimiento que no solo era su sustento sino también el de sus diez empleados.
Oriundo de Osorno, llegó a Valdivia a los 16 años dispuesto a trabajar y buscar un nuevo horizonte. Comenzó como aprendiz en una panadería y en su mente se instaló el sueño de algún día ser propietario de su propio negocio.
Tras años de esfuerzo y ahorro logró instalar su propia panadería que, tres décadas después, había alcanzado gran prestigio en la comunidad.
“Mi pan es una tradición aquí en Valdivia, yo creo que es la única panadería que cocemos el pan con horno a leña, es la única. Todas ya se han cambiado al petróleo, al gas, y no es lo mismo que comerse un pan cocido en horno a leña”, dice con orgullo.
Pasadas las 11 de la mañana se activó la primera alarma de emergencias en Valdivia debido al reporte de un incendio declarado en el sector Barrios Bajos, dada la magnitud de la estructura y el descontrol del fuego acudieron todas las compañías de Bomberos de la ciudad, donde trabajan más de 100 voluntarios.
Afortunadamente, después de un arduo trabajo, lograron controlar la emergencia y evitaron que el fuego se propague a las demás viviendas del sector, pero nada pudieron hacer por la panadería, la destrucción fue total.
La comunidad valdiviana reaccionó con profunda tristeza al enterarse que este tradicional negocio había terminado destruido.
A dos días del incendio, su propietario, Juan Carlos Contreras recorre los escombros de lo que hace pocas horas era su sueño cumplido, pero no se desmorona.
También comparte su decepción ante la falta de apoyo por parte de entidades estatales y municipales. "Ninguna autoridad se ha acercado para ofrecer ayuda", lamenta. Sin embargo, encuentra un rayo de esperanza en la solidaridad de un colega panadero que le ha ofrecido espacio en su propio negocio para que vuelva a comenzar.
A pesar del duro golpe, Contreras se muestra resiliente y optimista frente al futuro. "Tengo la fuerza espiritual y el apoyo de mis hijos. Vamos a levantarnos nuevamente", afirma con convicción. Este espíritu de superación se refleja en su compromiso con la comunidad y sus clientes, quienes, según él, le han expresado su lealtad y paciencia hasta que la panadería pueda operar nuevamente. "Nuestro pan, cocido en horno a leña, es una tradición aquí en Valdivia", añade, destacando el distintivo de su producto en la región.
“Algo tengo que hacer, no me puedo echar a morir por esto”, dice al pensar en el futuro y en la reconstrucción de su tradicional local. Menciona la posibilidad de buscar financiamiento bancario para reiniciar operaciones, pero no se quedará de brazos cruzados.
Finalmente, envía un mensaje a la comunidad y especialmente a sus fieles clientes: “Les doy las gracias a la gente que cada día venía a comprar el pancito acá, o en los locales donde yo repartía y que sigan siendo fieles, porque ahora es donde más lo necesito, de verdad los necesito más que nunca para poderme levantar”.
Mira el video donde Contreras visita su panadería siniestrada:
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