Cuando Isabel Miranda Vergara ingresó a estudiar Ingeniería en Electricidad mención Electrónica y Telecomunicaciones en la Universidad Técnica del Estado (UTE) sede Valdivia, era la única mujer entre 80 alumnos.
Corría el año 1975 y al entrar a la universidad respondía al interés que desde muy pequeña tuvo por la ingeniería y las matemáticas. Es más, creció en un entorno donde los números y el ingenio eran importantes.
Por eso, cuando Isabel con 18 años vio las opciones que tendría para continuar con estudios superiores, la ingeniería estaba en primer lugar.
Pudo ser Ingeniería Naval, Ingeniería Mecánica… pero ella optó por la electrónica.
Y no se arrepiente.
Por eso, en este Día de la Mujer en Ingeniería, Isabel Miranda rescata el camino recorrido, haciendo frente al sistema e integrándose para ser la mejor en su labor.
“Siempre fui muy buena en matemáticas”, reconoce en conversación con Grupo de Diario Sur.
“Tenía habilidad y por una cosa familiar –tenía tíos que eran ingenieros - lo que no me pasaban en el colegio, ellos me lo explicaban. Me era fácil. Mi padre era muy ingenioso, no tenía la formación de ingeniero, pero siempre andaba creando, reciclando y de ahí nació esta inquietud mía por estudiar ingeniería”, señala.
Esta valdiviana, casada con el también ingeniero José Mardones, es madre de Gabriela, Javier y José Ignacio.
Criada en el tradicional sector Regional de la ciudad de Los Ríos, fue una de las primeras mujeres que estudió la carrera y que la terminó con excepcional rendimiento.
Muchas quedaron en el camino, desertaron por diversos motivos.
Reconoce que en aquel lejano 1975 nunca hubo una diferencia de parte de sus compañeros o profesores. “No se cuestionaba. Nunca hubo una predilección de los docentes por ayudarme. Nunca fue así. Era una estudiante más. Si había que acarrear instrumentos, lo debía hacer. Si me debía amanecer estudiando, lo hacía”, recalca.
“De los 80, seis aprobamos matemáticas. Y no se cuestionaba. Además, estábamos en un periodo crítico a nivel país. Todo era en extremo restringido, horarios, fiestas, opiniones. Nuestros padres estaban muy presentes en nuestra educación. Debía responder a la confianza que me dieron para estudiar”, declara.
Por eso hoy como académica del Instituto de Electricidad y Electrónica de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Austral, reconoce que el respeto y el buen trato profesor-alumno, es primordial
“Había mucho respeto a los profesores, cosa que trato de mantener con mis alumnos y alumnas en la actualidad. No dicen palabras a medias. No soy la profe, soy la profesora. De otra forma no corresponde, ellos van a ser profesionales y el respeto deben ganárselo”, dice.
La docente Isabel Miranda es ingeniera en Electricidad mención Electrónica y Telecomunicaciones. Diplomada en Ciencias de la Ingeniería y se desempeña en la Facultad de Ciencias de la Ingeniería desde 1988.
Actualmente tiene alumnas y alumnos de la Escuela de Ingeniería Civil Electrónica, donde señala ha logrado incentivarlos a tener la capacidad de organización y generar actividades que les permitan posicionar la carrera, y al mismo tiempo obtener una retroalimentación de lo que está ocurriendo en su entorno.
Al momento de ser consultada por la poca presencia de mujeres en carreras como Ingeniería Electrónica, señala que hay mucho desconocimiento de lo que hace un ingeniero o ingeniera. “Quizás no hemos sabido transmitir lo que hacemos. El ingeniero es un profesional que da solución a los problemas de la sociedad”, dice.
"Hoy en día se requiere mucha velocidad en los celulares, en los softwares, etc. Y ahí el ingeniero debe estar pensando en cómo facilitar la vida a las personas. La gente hasta hoy piensa que un ingeniero electrónico es el que repara el televisor”, comenta.
-¿Siempre ha sido cercana al área de Vinculación con el Medio de la Universidad Austral?
- Creo que allí hay una deuda pendiente. Debiéramos difundir la ingeniería. En Electrónica debemos aclarar lo que hace este profesional. Esta es la base. Primero se aprende electrónica y luego se ramifica a otras áreas.
“Fui coordinadora de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería y vinculación con el medio. Me gusta la gestión, la coordinación con empresas, formar grupos asesores para conocer qué tipo de profesional requieren”, dice.
- ¿Alguna vez ha sufrido discriminación laboral por ser una mujer ingeniera?
- No, nunca lo vi. Por el contrario, trabajé en empresas como Telefónica del Sur y allí por producción, logré bonos superiores a mis colegas. Eso es trabajo. Yo misma nunca he discriminado. Ahora soy la única mujer de mi instituto. Por años ha sido así. Tengo claro que entre colegas debemos trabajar en equipo, con respeto.
-¿Actualmente cuántas estudiantes hacen su ramo?
-Tengo tres mujeres entre 40 alumnos. En esta carrera me he encontrado con mujeres muy brillantes, dedicadas y constantes en sus estudios. También hay mujeres que se van en los primeros años. Al igual que sus compañeros varones. No tengo la respuesta de por qué ocurre esto.
- ¿Qué falta?
-Tal vez el pensamiento lógico nos falta. Las mujeres somos aterrizadas y las matemáticas son muy abstractas, por ahí pudiese haber una explicación. Ingeniería Electrónica es muy abstracta. Debemos llevar a un modelo matemático las corrientes, la tensión, las potencias. Hay fórmulas matemáticas que no te dicen nada y las mujeres somos muy concretas.
Dentro de los proyectos de Vinculación con el Medio en que la académica Miranda ha participado, se encuentran aquellos que ha desarrollado en escuelas y liceos de la Región de Los Ríos y Región de Los Lagos.
“Fui directora alterna del proyecto FIC SRD ”Sistema de recorridos dirigido" y coordinadora del Proyecto CORFO “Ecobots”, dice.
Para la docente, los liceos y escuelas tienen un ámbito de acción tan amplio que muchas veces las comunidades educativas se pierden tratando de solucionar problemas pequeños y eso provoca que el sistema educativo se vaya quedando en el pasado, porque no logran avanzar como se esperaría.
Además, ha participado en el desarrollo de Centros de Formación Técnica en Los Ríos y en Atacama. Y ahí emprendió una lucha propia que tiene que ver con la continuidad de estudios.
“Es mi sueño. La propuesta es que a un técnico de nivel superior que desee proseguir sus estudios en la universidad le reconozcan aprendizajes previos. Que se integren. Donde vayas acortando el tiempo de estudio en vez de repasar materias que ya has aprendido”, comenta.
“Una persona que por años ha trabajado en gastronomía y quiere ingresar a Ingeniería en Alimentos, ya trae conocimientos aprendidos. Podría incorporarse a segundo o tercer año. Con todo ese conocimiento reconocido. Como esto no se ha hecho hasta ahora, por ahí muchos estudiantes se desmotivan”, agrega.
- Sería una nueva forma de ingreso a la universidad…
- Claro, y creo que la educación chilena avanza en esa dirección.
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