El Cooperativismo en el mundo agrícola puede ser el camino más claro para hacer competitivos a los pequeños y medianos productores en el actual escenario económico del país, aseveró el abogado del programa de Gestión Social y Organización para la Producción (GSOP) del Ministerio de Agricultura en Los Ríos, Guillermo Soto.
Así lo expuso el profesional durante la charla “la ruta de la asociatividad, un camino no exento de eventos”, como parte de las ponencias del “Webinar Programas y caminos hacia la Asociatividad” impulsado por el Gobierno Regional junto a la Secretaría Regional Ministerial de Agricultura.
“El cooperativismo es una tremenda herramienta para hacer más competitivos a los pequeños y medianos agricultores en los tiempos actuales, pero Chile debe reconsiderar algunos aspectos de cómo hoy se están haciendo los apoyos y los seguimientos, si realmente quiere consolidar su éxito”, argumentó Soto.
“En la actualidad existe un enorme potencial, sobre todo en el centro y sur del país, para que los pequeños y medianos agricultores puedan crecer bajo esta forma asociativa, pero para llegar a constituirse verdaderamente en empresas de envergadura, el cooperativismo hoy requiere un gran salto en materia de apoyos y preparación técnica, que sólo el Estado está en condiciones de brindar”, comentó.
El abogado agregó que “los pequeños y medianos agricultores son la base de la alimentación nacional, y a través de la asociatividad que pueden establecer, pueden tener una participación protagónica en los mercados. El caso de Holanda y de Europa del Este en general es decidor respecto a los niveles de desarrollo que se pueden alcanzar; en ellos las cooperativas promedian los 500 socios, y esa numerosidad les da poder de negociación importante, pero también les permite alcanzar niveles interesantes de innovación y competitividad productiva”.
“No obstante –continuó- el cooperativismo tiene una estructura compleja; y desgraciadamente en nuestro país aún estamos en una etapa inicial. Hoy lo más urgente en que podemos avanzar es en ajustar nuestra institucionalidad pública para facilitar, y no entrampar, los procedimientos de nacimiento y fortalecimiento cooperativo”.
Para Soto, en lo inmediato “existe una urgencia real de modernizar la legislación vigente, modificar el piso de constitución de las cooperativas para que sea más alto y para poder dar proyección y estabilidad al modelo de negocios a desarrollar; y promover una política pública del agro, a largo plazo, que permita tener cooperativas a escala local y regional”.
Guillermo Soto es abogado del GSOP, responsable de preparar cooperativas y asesorar en los aspectos legales de su constitución. Además es agricultor y concejal por la comuna agrícola de Máfil, en la región de Los Ríos.
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