Un nuevo caso de abuso clerical salió a la luz este sábado tras la emisión del reportaje de CNN Chile, que dio cuenta de los abusos que habría cometido en 1987 el director y otrora diácono Armando Zamora, a estudiantes del Seminario Menor San Fidel de San José de la Mariquina, ahora Liceo San Fidel.
A sus 50 años de edad y motivado por hacer justicia, Oriel Solís, futronino residente en Osorno, decidió romper el silencio para contar los abusos que cometió durante aproximadamente un año el diácono, hasta su salida del seminario, mientras él cursaba 3° año medio.
Cabe señalar que el seminario contaba con una matrícula de alrededor de 80 estudiantes en el internado, quienes provenían de distintas comunas de la región, muchos de ellos de Los Lagos y Futrono, como es el caso de Oriel.
Solís - quien estudió enseñanza básica en el actual Colegio María Deogracia (Ex Escuela 45) - contó a CNN que hubo varias situaciones en las que el diácono realizó insinuaciones de índole sexual contra él y sus compañeros. Recordó las extrañas situaciones que le tocó vivir, como las duchas que los obligaba a tomar en mitad de la noche mientras Zamora los observaba, o las fotografías que tomaba a los compañeros que dormían desnudos, que luego eran publicadas en un diario mural.
"INTENTÓ DARME UN BESO"
Pero el relato más espeluznante de la entrevista, es cuando cuenta que en el rector intentó besarlo en la boca y él tuvo que alejarse para evitarlo. O la ocasión en la que pasó la noche en la misma habitación del diácono y este lo tiró contra su cuerpo. “Me subió encima de él y yo vi que el cura estaba excitado”, dijo Solís al medio de comunicación.
Contó además que Zamora administraba medicamentos para inducir el sueño a algunos de sus compañeros, situación que causó su despido, luego que uno de los compañeros lograra escapar y denunciar.
“Todos fueron vulnerados en sus derechos de alguna u otra forma, algunos por persecución cuando no eran de su agrado, los molestaba o tomaba fotos o en la noche nos llevaba desnudos a la ducha y él metido entre nosotros. De repente decía la pieza tanto nos vamos a Mehuín. Nos llevaba con los ojos vendados, allá hacía fogatas, nos abrazaba y hablaba de Dios”, reveló en la entrevista.
Narró que cuando se descubrió lo que estaba ocurriendo, sintió deseos de lanzarse a un río, sólo al pensar en que pudo haber sido violado por Zamora, porque cuando se supo toda la verdad, recién asimilaron a lo que habían estado expuestos, aun cuando nadie hizo nada por hacer justicia por los abusos cometidos.
“Siempre he tenido ese cargo de conciencia porque los curas cuando supieron esto se lavaron las manos y lo echaron, porque perfectamente, con todos los antecedentes que habían, podrían haberlo metido preso, para que no le haga daño a nadie más”.
Finalmente, Solís señaló que afortunadamente su mente había bloqueado todos esos sentimientos dañinos, y logró hacer una vida normal, sin embargo, hoy lo mueve un deseo de justicia y de que este caso no quede en silencio como tantos otros.
A continuación el reportaje realizado por CNN Chile
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