"Siempre nosotros trabajamos como comerciantes en Valdivia, teníamos algunas tiendas, negocios de tela, de ropa usada", recuerda Victoria en entrevista para la sección DiarioSur Propiedades.
La entrada al corretaje de este empresaria oriunda de Futrono, ocurrió a fines de los años 90, cuando una clienta le pidió ayuda para vender un terreno. "Yo le dije pero yo no soy corredora, me dijo pero tú vendes de todo ".
Fue en ese momento cuando Victoria descubrió un talento natural para el negocio. Su habilidad en la gestión de créditos bancarios y sus conexiones en el ámbito comercial resultaron ser claves para lo que se transformaría en una exitosa asesora inmobiliaria.
Con el tiempo, se formó profesionalmente, aprendiendo de un abogado que describió como su primer mentor. Hoy, su empresa es reconocida como una de las más prestigiosas del rubro, reflejo de su esfuerzo, fe y compromiso. "Para mí, la presencia de Dios en mi vida ha sido fundamental, yo he podido criar a mis hijos, sacarlos adelante”, enfatiza.
Áreas de negocio
El negocio de Victoria Monsalve abarca la compraventa y la administración de propiedades, manejando actualmente unas 160 propiedades publicadas en distintos portales.
La compraventa es el negocio principal, aunque las administraciones, que incluyen tareas como cobros, reparaciones y gestión de arriendos, son fundamentales para la estabilidad del negocio. Además, han comenzado a expandirse a la administración de edificios y comunidades, buscando siempre nuevos horizontes.
Ética y perseverancia:
las bases de su trayectoria
Victoria, con casi 30 años en el mercado, destaca que los valores que han cimentado su éxito y el de su equipo han sido crear sólidos lazos de confianza con los clientes y mantener un código muy claro: "Nunca vamos a tocar una propiedad de otros colegas o empresas del rubro".
Además, enfatiza la importancia de mantener una actitud perseverante en un negocio tan dinámico. "No se puede paralizar, las parálisis mentales hacen que el ser humano pierda todo".
Su equipo, conformado por entre 10 y 12 personas, combina colaboradores internos y apoyo externo, lo que garantiza un servicio integral para sus clientes.
El crecimiento del negocio motivó la creación de una inmobiliaria. Uno de sus hijos, Rodrigo Gana Monsalve, dejó su trabajo como ingeniero civil en informática en Santiago para unirse al proyecto familiar. "Le dije ahora yo no puedo pagar lo que ganas allá, pero se unió al equipo y su apoyo ha sido vital", comenta Victoria.
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Rodrigo, por su parte, valora profundamente el ejemplo de su madre. “Ella es una persona súper perseverante, es una persona que jamás te va a decir que no para algo, sino que siempre va a confiar y creo que todos trabajamos de la misma manera”.
“Nos inculcó a todos perseverancia, ser positivo, nunca rendirse y ser ordenados”, añadió Rodrigo.
A pesar de haber alcanzado el éxito y contar con un equipo sólido, Victoria no planea retirarse. Con casi tres décadas dedicadas al corretaje de propiedades, ha demostrado que la perseverancia, la fe y el trabajo en equipo son fundamentales para construir un negocio capaz de trascender generaciones.
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