La elección de gobernadores regionales, demostró el inmovilismo ciudadano para participar en los procesos electorales que existen en el país y que la participación electoral, ha sido una de la más baja de la nuestra historia. Hoy, existe una incapacidad en los distintos sectores políticos para movilizar, incluso a sus propios electores, lo que ha sido demostrado en al menos cinco elecciones, sucesivas.
Es cierto, que la pandemia y las cuarentenas han influído y que las atribuciones de los gobernadores, son limitadas y aún sus competencias, están pendientes en el Congreso, pero era la primera vez que eran elegidos por la ciudadanía. La fuerza de los hechos, hizo ver que el voto obligatorio debería restablecerse, así ya fue aprobada la iniciativa por la Cámara de Diputados y despachada al Senado.
Durante estos cuatro años, hemos escuchado diagnósticos, entre los cuales se encuentra, el reclamo de ciertos derechos, la falta de atribuciones y/o competencias de las autoridades, para poder dar respuestas a los anhelos de mayor justicia, pero a la hora de expresarse en las urnas, se produce un distanciamiento, que hace complejo determinar cuánto de verdad, existe en esas expresiones por mayor participación.
Las tareas de la gobernabilidad no se agotan con las elecciones, sino que continúan con el diseño de las políticas públicas. La participación es un proceso, que permite la distribución equitativa del poder y una mayor visibilidad de los problemas sociales. Una medida de participación, no hace una política de participación.
A lo mejor la respuesta es más sofisticada, para poder determinar el tipo de conducta ciudadana que es exigido hoy, en un Chile que ha cambiado, dónde la territorialidad y las nuevas atribuciones de autoridades, es de mayor autonomía y que va a requerir de partidos con mayor arraigo social y mejores niveles de transparencia y probidad, junto a una mayor capacidad de agregación de las demandas sociales. Para ello, los liderazgos, tienen que conectar con la preparación académica, el trabajo bien hecho con las comunidades y organizaciones de la sociedad civil y su coherencia, entre lo que piensan y hacen.
Marta Canto Castro. Administrador Público. Licenciada y Ciencias Políticas y Administrativas. Magíster en Gobierno. Presidenta Fundación Foro de Los Ríos.
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