Más de 100 mil pesos, es decir, unas 7 veces su valor real, costó cada una de las 30 mil butacas del remodelado Estadio Ester Roa de Concepción. La sospecha de pagos de sobreprecio y una serie de vicios en el proceso de licitación llevaron hace un año concejales de esa comuna a denunciar los hechos a la Contraloría Regional. Pero hasta ahora todo sigue en una completa nebulosa.
Por eso hoy el diputado y miembro de la comisión de Deportes de la Cámara Baja Bernardo Berger (RN) denunció el hecho ante la comisión del ramo y en el pleno de la Cámara exigió que las máximas autoridades involucradas aclaren de una vez por todas lo sucedido.
“Nada más y nada menos se gastaron 3 mil 100 millones de pesos, es decir unos 100 mil pesos por cada butaca. Aunque tengo poca experiencia en estadios de otros países, este Estadio está para los record Guinnes porque debe ser el de las posaderas más caras del mundo, y el gobierno y el municipio ni se arrugó en pagar por este servicio al menos 7 veces el valor original, y menos hasta ahora dar explicaciones convincentes”, sentenció Berger.
En septiembre de 2014 se licitó por trato privado la normalización global del Estadio por parte del municipio, luego de dos licitaciones públicas fallidas por parte del IND.
“La obra global valía entre 19 mil y 22 mil millones de pesos según los dos intentos anteriores, pero finalmente terminó costando 30 mil 560 millones de pesos; o sea se pagaron 10 mil millones de pesos extras, con tan pocos meses de diferencia que hacen poco creíble que cambiaran tanto las condiciones del mercado”, explicó el diputado.
Dentro de estas obras se consideraba una partida específica para la instalación de 30 mil butacas plegables. En las dos licitaciones fallidas, las partidas daban entre los 480 y los 800 millones de pesos por el servicio –unos 50 mil pesos por butaca-. No bastando que el precio ya elevado, las que finalmente se instalaron no fueron sillas plegables como mandaba la licitación, sino rígidas, cuyo precio comercial es de 15 mil pesos.
Por tanto, agregó el parlamentario “habiendo pasado un año desde estos hechos; pasado un año también desde que se le pidió a la Contraloría del Bio-Bio iniciar investigación, es que me parece más que oportuno acudir a la máxima autoridad contralora del país, así como a la ministra del ramo, para que tome cartas en el asunto y al menos nos indique en qué va dicho proceso investigativo”.
Berger añadió que así como está el país, “ninguna autoridad, ni menos servicio público, puede darse el lujo de sembrar mantos de duda sobre el gasto de los dineros de todos los chilenos, a sabiendas que aquí una de dos: o hubo una tremenda falta de cautela de los recursos públicos o derechamente hay gato encerrado”.
Con fecha 27 de octubre de 2014 el concejal Joaquín Eguiluz junto al ex edil Jorge Condeza presentaron un requerimiento a la Contraloría Regional del Bio-Bio por eventuales pagos con sobreprecios de servicios en la obra, donde además se hacía hincapié respecto de la partida referida a las butacas. Hasta hoy, la contraloría Regional no se ha pronunciado sobre esta materia.
"Hace un año a fines de octubre denunciamos doce puntos irregulares a la Contraloría Regional y enviamos un oficio el cual no ha sido respondido todavía; esto cobra más relevancia producto de que la misma contraloría detectó irregularidades en el tema de las butacas, finalmente entre todos terminamos pagando las butacas más caras de Chile, se instalaron unas butacas que ya habían sido ofrecidas para este estadio a un monto de 15 mil pesos cada una y terminamos pagando 100 mil pesos por cada una", enfatizó Eguiluz..
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