El idioma español siempre tiene una respuesta a los anglicismos de moda. Hablamos de “Fake News” cuando existe una maravillosa palabra para este concepto. Las paparruchas o paparruchadas son, en el registro coloquial, «noticias falsas y desatinadas de un suceso, esparcidas entre el vulgo»… mentiras esparcidas con un objetivo.
El Gobierno de Chile observa con profunda preocupación la creciente proliferación de noticias falsas en el marco de la actual campaña presidencial. En un contexto donde la ciudadanía merece información veraz para tomar decisiones responsables, vemos con alarma cómo ciertos sectores de la derecha han hecho del engaño y la manipulación una herramienta central de su estrategia comunicacional.
Un ejemplo reciente de esta práctica fue la publicación realizada por el empresario Jorge Errázuriz en la red social "X", donde difundió, mediante una publicación pagada, una fotografía del Presidente Gabriel Boric, sacada de contexto. En esta imagen, se sugirió de manera infundada que el Mandatario se encontraba en estado de ebriedad en la vía pública. Sin embargo, la realidad es completamente distinta: el Presidente se encontraba en ese momento compartiendo con la familia de un niño, quienes desmintieron categóricamente la tergiversación de los hechos. A pesar de ello, el candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, replicó esta publicación, abonando el terreno para que la mentira se instalara en el debate público.
No es la primera vez que el señor Errázuriz utiliza las redes sociales para difundir información falsa. En el pasado, ya tuvo que pedir disculpas públicas al exministro Giorgio Jackson por haber contribuido a ensuciar su nombre con calumnias. Este patrón de conducta nos obliga a preguntarnos si estos actos son meros errores o parte de una estrategia premeditada para desinformar a la ciudadanía.
El problema no se detiene ahí. Día tras día, el Gobierno se ve obligado a gastar tiempo y recursos en desmentir afirmaciones infundadas por parte de los precandidatos presidenciales de la derecha. Johannes Kaiser, en un programa de TVN, mintió descaradamente sobre el plan de vacunación en Chile, ignorando los logros indiscutibles del país en esta materia. Evelyn Matthei, por su parte, difundió cifras económicas falsas en el extranjero, perjudicando la imagen del país con datos erróneos.
Es fundamental comprender que este tipo de estrategias no solo perjudican a quienes son blanco de la mentira, sino que erosionan la confianza en las instituciones y debilitan nuestra democracia. Como señala José Huedo Barredo en su libro "Federico Finchelstein, Breve historia de la mentira fascista", el uso sistemático de la falsedad con fines políticos ha sido una herramienta histórica de regímenes autoritarios, donde la desinformación se convierte en una forma de control y manipulación de las masas.
En este escenario, hacemos un llamado a todos los actores políticos y a la ciudadanía en general a rechazar la mentira como herramienta de campaña. Chile merece un debate de altura, donde las diferencias sean discutidas sobre la base de propuestas concretas para mejorar la vida de nuestros ciudadanos y no mediante la difamación y el engaño.
El desafío es grande, pero no inalcanzable. Proteger la democracia es responsabilidad de todos y todas. La verdad, la transparencia y el respeto deben ser los pilares sobre los cuales construyamos el futuro de nuestro país.
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