Hace pocos días se celebró el aniversario número 109 del colegio José Manuel Balmaceda, cifra que ubica a este establecimiento educacional como la institución más antigua, incluso más que la comuna misma, la que hoy domingo 12 de julio del 2020 cumple 79 años de existencia.
Por esa razón considero que conocer la historia de esta primera escuela es conocer la historia de este territorio, más de un siglo formando a generaciones de futroninos y futroninas bajo condiciones tan diversas en cada época, nos ayudan a comprender también cómo hemos llegado a nuestro presente. La escuela se emplazó en Futronhué en 1911, por la iniciativa del lonko Fernando Neguimán, quien entregó un terreno para este fin.
Frederic Smith describe la investigación que hace años inició junto a y por petición del profesor Ramón Quichiyao, cuyo fruto fue el haber dado con un documento único escrito por el misionero inglés radicado en Chile, Charles Sadleir en 1912, y que narra una visita que realizó a la “escuela indígena establecida en la localidad de Futronhué”. En este lugar el misionero se entrevistó con Fernando Neguimán, de quien escuchó los hechos de violencia de los que había sido víctima por parte de “un usurpador de la ribera sur del lago” del que no se entrega el nombre pero cuyo objetivo era despojar a Neguimán de sus tierras.
En ese contexto adverso para los habitantes originarios de Futrono, Sadleir reflexiona acerca del rol de esa primera escuela; “algunas personas de Futronhue han dicho: ‘Si los indígenas se educan, más adelante seremos avergonzados.’ Lo que es perfectamente verdadero. Los indígenas educados y, sobre todo, evangelizados, serán en un futuro cercano los dirigentes en la zona, esto es, si podemos salvarles de lo que, de otra forma, será su destino.”
EL DECRETO DE CREACIÓN
En lo que respecta a su experiencia visitando la escuela el 6 de noviembre de 1912, el misionero inglés dice; “Desmontamos y caminamos entre dos filas de escolares, jovencitos y jovencitas, niños y niñas, hacia el pequeño edificio de la escuela, seguidos por los caciques, y rodeados por hombres, mujeres y niños de las distintas reducciones”, contando un total de 86 niños y niñas, todos mapuche.
Sadleir identifica a la sra. Avelina Soto de Salinas, como fundadora y profesora de la escuela, quien vivía en solitario en la misma, incluso “amenazada con prisión por algunos de los chilenos de los alrededores”, al parecer provenía de Penco, donde trabajaba su esposo.
No hay en la carta referencia alguna que nos indique en qué punto de Futronhué estaba ubicada la escuela original, o cómo estaba construida. Quichiyao y Smith decidieron continuar la búsqueda de nuevos antecedentes que dieran luces sobre el origen de esa escuela, búsqueda que culminó en el feliz descubrimiento por parte de Smith en el Archivo Nacional, del “Decreto Supremo N° 2728, dictado el día 28 de junio de 1911, mediante el que se creaba una escuela mixta rural para el lugar denominado “Futrono” del departamento de Valdivia”.
LA ESCUELA ITINERANTE
Desde este punto parece que se pierde la pista de cómo continuó funcionando la escuela mixta rural, y se retoma en el año 1927 cuando llegó doña Herminia Quintana, que es señalada como la primera profesora normalista de Futrono, quien eligió este lugar como primera opción para enseñar. La joven profesora llegó en vapor hasta el puerto de Futrono, y posteriormente se dirigió a conocer la escuela donde ejercería, aquí fue donde la realidad se le presentó de golpe. La escuela no pasaba de ser una “infraestructura” comparable a una cocina de fogón, por lo que decidió regresar en el primer vapor que saliera de Futrono.
Es válido preguntarse si se trataba de la misma escuela que visitó Sadleir, incluso el propio Smith deja la pregunta acerca de si esa escuela acaso fue quemada posteriormente. Como sea, los vecinos, preocupados al ver que perdían a la profesora que por tiempo habían esperado, se reunieron con ella y le rogaron que se quedara, con el compromiso de que levantarían una construcción más acorde con el objetivo de impartir enseñanza, esa nueva escuela se erigió junto a la vieja que quedó como lo que era, una cocina a fogón, y se ubicaban sobre el terreno alto donde hoy se encuentra la antena de Telefónica del Sur.
La escuela, curiosamente, desde esa fecha y hasta 1956 no tuvo un domicilio fijo, y por razones que desconozco se trasladó por distintas casas de vecinos que las pusieron a disposición para su funcionamiento. Aparentemente durante el tiempo en que se construía la nueva escuelita prometida a la profesora Herminia Quintana (1927), se hicieron clases en la casa del terreno que hoy es de la familia Quezada, vivienda que ya no existe, en Balmaceda al lado de la frutería “El Indio”. También, aunque no lo he podido corroborar, posiblemente la casa de la familia Norambuena en calle Padre Leodegario, y que también fue desmantelada por lo añosa, acunó durante un tiempo a esa escuela itinerante.
También me han comentado que en calle Balmaceda, frente al colegio María Deogracia y donde mucha gente mayor recuerda que hasta la década de 1980 se ubicaba la tienda “La Favorita”, en algún momento hubo una escuela provisoria pero ¿se trataría acaso de la escuela construida en 1927?
Asimismo, durante algunos años la escuela cumplió su labor educacional en la casa que hoy es de la familia Monsalve, en calle Padre Ricardo, y en la casa de la familia Miranda en calle Balmaceda, casi frente a las oficinas de Saesa. Todos estos datos son por ahora solo fragmentos, que deben ser debidamente investigados para construir la línea cronológica definitiva de la historia de la primera escuela.
Esta curiosa situación de itinerancia culminó en 1956 con la construcción de la infraestructura por todos conocida en la esquina de Balmaceda con Juan Luis Sanfuentes, donde hasta entonces existía una pampa (¿no hubiera sido ese el mejor lugar para haber ubicado la plaza del pueblo?).
PROYECTO DE NUEVA ESCUELA
Hoy la edificación de la José Manuel Balmaceda se prepara para un nuevo cambio, se publicó la licitación del estudio y diseño que en algún momento culminará en la reposición total de la centenaria escuela, proceso que empezó por el año 2015 si mal no recuerdo, con la presentación de la propuesta y consulta al centro de padres y apoderados del establecimiento.
Es de esperar que [ojalá] el proyecto contemple conservar alguna parte de la actual estructura del colegio Balmaceda, al menos en lo personal como ex alumno me gustaría que así fuera, como una forma de respetar la historia y la identidad que nos falta fortalecer como futroninos, un gesto para las generaciones mayores, y un guiño a las generaciones futuras para que puedan palpar una parte de su pasado.
Futrono hoy cumple 79 años, pero esta escuela nos recuerda que nuestra historia se remonta mucho más atrás, que tenemos una herencia mucho más antigua que valorar, y esa es una oportunidad que se abre con el nuevo proyecto de reposición de la Balmaceda, que la nueva arquitectura no aplaste a la historia, sino que la abrace y la proteja.
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