Grupo DiarioSur está publicando una serie de casos ejemplares de emprendedores que innovaron y se están adaptando a la nueva realidad en el contexto de la emergencia sanitaria. La serie se denomina "Resistiré, emprendedores que no se rinden".
Boris Mauricio Pérez Martínez, 53 años, es de profesión biólogo marino, sin embargo hoy es parte de una sociedad que lo mantiene alejado de su quehacer profesional, y se encuentra impulsando un emprendimiento familiar que es el restaurant “La Finca del Ranco”, ubicada en el sector Piedra Mesa con una privilegiada vista panorámica hacia la cuenca del lago Ranco.
El restaurant se especializa en carnes, comidas típicas de la región, pastelería, entre otros, y actualmente a agregado a su oferta una nueva iniciativa; los huevos de gallinas felices.
En el mismo predio de la familia, se reacondicionaron las instalaciones de una vieja lechería para sostener la crianza de gallinas apostando por lo orgánico y natural.
AVÍCOLA
A partir del estallido social, y luego con la llegada de la pandemia, la familia se decidió a enfocar sus esfuerzos en la producción de huevos bajo el concepto de las gallinas felices, además “gracias a la adquisición de una moderna incubadora, prontamente tendremos pollitas y pollos para la venta”, indica Boris Pérez.
El emprendedor reveló que esta idea nació de la lectura que hizo de las actuales condiciones del clima, cuyos cambios ahora permiten tener un ambiente acorde para la generación del negocio avícola en la zona, y se abastecen con huevos de reconocidos productores establecidos para obtener gallinas ponedoras de calidad.
Hoy, las proyecciones de venta apuntan a vender de 400 a 500 huevos diarios, lo que puede aumentar al doble con la llegada de la incubadora. “Una gallina puede generar hasta 300 huevos en su ciclo de ponedora”, señala Boris.
La comercialización del producto ya cubrió su primera etapa llegando a una demanda que puede catalogarse como especializada, como las pastelerías, restaurantes y hoteles, que aprecian la calidad de un huevo por sus características de tamaño, sabor, color, entre otros, y también los turistas que valoran este producto que es más natural.
GALLINA FELIZ
La condición básica para la crianza de gallinas felices es el espacio, “se supone que una gallina debe tener como mínimo 1 metro cuadrado de espacio para moverse, entonces si estamos hablando de una producción de 10 mil gallinas, es mucho espacio”, y eso Boris Pérez lo aplica, las gallinas cuentan con el espacio requerido para moverse durante el día, y por la noche se retiran a dormir al galpón, “ahora estoy postulando también por Corfo a un galpón climatizado”, esto porque la temperatura y la luz juegan un rol importante para que la crianza cumpla con los estándares requeridos.
Otro factor fundamental es la alimentación de las gallinas, “si bien la gallina ahora también pastorea, a futuro aspiro a producir mi propio alimento”, explica Boris dando a entender que el emprendimiento está en plena etapa de crecimiento.
Por último, la crianza de gallinas felices también aporta un producto que cierra con broche de oro el ciclo productivo del emprendimiento, ya que el guano de las gallinas es un excelente abono orgánico.
Para contactar a Boris Pérez, llamar al teléfono +56 9 4420 7270
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