Científicos y políticos se unirán para crear estrategia de desarrollo para Los Ríos

¿Se podrá lograr éxito en esta relación que busca desarrollo regional? Explica el académico de la UACh y responsable de hacer el diseño del plan Francisco Valencia.

¿Podrá la ciencia y la tecnología, apoyados por el Estado chileno, dar soluciones a la mejora de suelos erosionados en la región, a temas como la sequía, mejora de la agricultura o la pesca o apoyar la conectividad de lugares apartados? 

Eso es lo que se busca con la elaboración de un diseño estratégico para la ciencia en Los Ríos.

La iniciativa fue presentada en la Casa Prochelle por el gobernador regional Luis Cuvertino, la seremi de las Ciencias, Tecnología e Innovación Maite Castro; el vicerrector de Investigación, Desarrollo y Creación Artística de la UACh, Mylthon Jiménez, y el académico de la Facultad de Ciencias Económicas de la UACh, Francisco Valencia.

La historia del desarrollo de la región ha ido siempre de la mano de la innovación y aplicación de la ciencia y la tecnología. 

Valdivia así lo ha visto, gracias al impulso de inmigraciones del siglo XIX, la creación de la Universidad Austral o la instalación del Centro de Estudios Científicos (Cecs).

Ahora el plan de diseño apunta a continuar esa historia de desarrollo, aplicando el conocimiento de los expertos a la dirección política del país.

Así lo explica Francisco Valencia que, junto a su equipo será el responsable de hacer una encuesta a diversos actores regionales para identificar situaciones y problemáticas en Los Ríos.

Buscar líneas de acción

Valencia comentó que el diseño de estrategia debe ser elaborado en el espíritu de participación y colaboración para que tenga representatividad y que se iniciará con la recopilación de información ya disponible en estrategias previas como la Política Regional de Emprendimientos o la Política Regional de Desarrollo.

“Hay una serie de estudios que dan cuenta de desafíos sectoriales, por lo tanto, no queremos partir de nuevo. Queremos hacer una buena revisión de información secundaria para luego ir a generar entrevistas con actores relevantes”, indicó a Diario de Valdivia, Valencia.

Para dar validez a la encuesta, el docente explica que se considerara a los sectores público, el privado, la sociedad civil y la academia que está más vinculada a la investigación aplicada.

“La idea es ir validando líneas de acción específicas con el objetivo de ir formando talleres que se hagan cargo con una lógica de embudo para tomar cuatro desafíos específicos”, señala Valencia y añade que las capacidades están dentro de la región y que existe mucho valor potencial que no necesariamente se está articulando.

“A veces a un emprendedor le falta un orden de gestión o una mirada más allá y eso no está ocurriendo de manera sistemática… Hay brechas que hay que llenar a través de este proceso”, manifiesta Francisco Valencia a la hora de destacar la elaboración del diseño.

¿Científicos mezclados con políticos?

En la historia de Chile no siempre la relación del científico con el político y viceversa ha sido fluida y Francisco Valencia indica que hay que buscar ejes que permitan ese diálogo. 

“Hay científicos o académicos que tienen una vocación hacia lo que llamamos investigación aplicada. Hoy lamentablemente las lógicas institucionales no son de una institución en específico como son las universidades que están en la región”, expresa.  

El ingeniero comercial y académico reconoce que la mayoría de los esfuerzos e investigaciones apuntan a una comunidad muy pequeña. 

“La lógica con que se creó la universidad no es esa. Si uno vuelve al sueño de (Eduardo) Morales, fundador de la Universidad Austral, era impactar el territorio y descentralizar y creo que hoy las universidades están volviendo a utilizar esas lógicas de generar un mayor impacto y bienestar social”, sostiene.

Valencia dice que en cuanto a la ciencia en Los Ríos están ocurriendo cosas, “aunque no se difundan tal vez de manera masiva”. 

Para el académico valdiviano el bien común es un factor que mueve a políticos y científicos hacia una vía y, tal vez, a un diálogo más colaborativo.

“En esta relación de académicos y políticos es muy difícil que no se quiera trabajar por el bienestar social y objetivos de desarrollo sostenible y hacernos cargos de los desafíos transversales que tenemos, más allá de los cortaplasismos”, comenta Francisco Valencia.