A través de la iniciativa “Mineros por un día”, la Asociación de Pirquineros Curanilahue de Mariquina busca rescatar la historia local de la minería del oro, impartiendo clínicas experimentales aluvionales que conjugan actividades teórico-prácticas en las que pueden participar personas de todas las edades.
Hasta ahora, más de 300 personas han tenido la oportunidad de experimentar de forma personal y directa el proceso de la minería artesanal, participando de forma activa en el proceso de búsqueda del preciado mineral que dio fama mundial a Chile durante el siglo XVI, primera mitad del siglo XX y más tarde en entre los años 1987 y 1992.
La actividad, se desarrolla en la mina La Mía 1/5 propiedad de Elías Solís, quien junto a su socio el historiador Gabriel Rivera vieron en este emprendimiento turístico una oportunidad para compartir con los vecinos de la comuna y de otras regiones el patrimonio cultural de Mariquina.
“La comuna tiene un marcado pasado minero, muchas de las familias de la comuna y de la región tienen un vínculo directo con la minería del oro hasta el día de hoy. En la actualidad somos varias familias las que nos dedicamos a la minería artesanal a pequeña escala, si bien no contamos con tecnología sofisticada, estamos trabajando para hacer de esta forma de vida, una actividad económica rentable y de bajo impacto ambiental”, señala Elías Solís.
La clínica contempla cinco estaciones educativas. En la primera de ellas realiza un repaso histórico por los principales hitos de la minería en la zona, luego los visitantes tienen la oportunidad de entrar a la mina, recorrer una serie de túneles y extraer desde la roca el material que posteriormente será lavado y filtrado con la técnica de challado, para finalmente comprobar si tuvieron la dicha de encontrar “pintas de oro”.
El historiador Gabriel Rivera describe así la experiencia: “asistir a la actividad de Mineros por un Día en la mina Mía 1/5 es una oportunidad única para poder aprender en terreno el ejercicio de buscar oro con métodos artesanales y comprender el valor patrimonial del conocimiento de los pirquineros que aún buscan con tenacidad y paciencia el oro entre circas, mantos y cañuelas. Igualmente, las clínicas educativas han permitido desmitificar que la minería es un espacio solo para hombres, lo que ha permitido abrir el espacio a todos los géneros y edades”.
Débora Nuñez, viajó junto a su familia desde la localidad de Chiguayante a Mariquina para vivir la experiencia de visitar una mina de oro.
“Vi el anuncio en redes sociales, me interesó e invité mi familia a que viviéramos la experiencia. Ha sido un proceso educativo que me ha gustado mucho. El trabajo es duro, requiere de mucho esfuerzo, pero también tiene su lado gratificante cuando se encuentra el oro”, indicó.
Hasta ahora las clínicas experimentales han sido un espacio de aprendizaje y diversión para grandes y chicos, contribuyendo con ello mantener viva la historia de la minería de Mariquina.
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