Carla Amtmann es hoy por hoy una de las figuras políticas con mayor proyección regional y nacional. Sin embargo, la profesora, la prominente miembro del partido Revolución Democrática, la ex candidata a diputada y primera alcaldesa en la historia de Valdivia, es también madre.
Uno de los méritos de la corta pero intensa carrera política de Amtmann es haber conjugado su rol de mamá con el de política prácticamente desde el inicio.
“Quedé embarazada cuando estaba terminando la universidad, y estaba también asumiendo el cargo de presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral”, dijo Amtmann el 2017 al medio El Desconcierto.
“Nunca pensé en renunciar, pero sin duda el primer cuestionamiento que viene es si una va a ser capaz o no de cumplir con todas las metas. En la medida que tú cuentas con redes de apoyo y, en este caso en particular, el apoyo del mismo equipo, se logró”, agregó.
“Fue también como un desafío, de mostrar que no era incompatible ser mamá, estudiar, y ser representante. De hecho, te ayuda y da un motivo adicional a las razones por las cuales una está metida en política”, añadió.
Desde entonces, su carrera sólo ha ido al alza, convirtiéndose en una de las figuras políticas regionales más reconocibles a nivel nacional.
“Ser mamá es un desafío hermoso, que se lleva adelante por un profundo amor y entrega, como también, por la convicción que los que vienen, las y los hijos, pueden tener vivir en un mundo mejor que el que recibimos.
Esa convicción me heredó mi madre, mi madrina, la Sandra, y todas las mujeres que contribuyeron en mi crianza, y es lo que guía el día a día de mi ser madre hoy”.
En una honesta conversación con Diario de Valdivia, la máxima autoridad comunal se abre a conversar sobre su lado más humano y sobre cómo, más allá de la importancia de su cargo, intenta compatibilizar un demandante trabajo a tiempo completo, con estar presente para su hija Amanda.
¿Cómo ha sido compatibilizar el rol de madre con una gestión tan compleja como es la de una ciudad como Valdivia?
“Uf, tiene sus altos y bajos. Compatibilizar los tiempos, los momentos con mi hija, es siempre un desafío, pero hemos aprendido a disfrutar cada minutito, y cultivar complicidades que nos tienen súper unidas. Y nada de eso sería posible sin las redes de apoyo, y la comprensión también de mi hija. Lamentablemente aún estamos en un mundo donde ser madre, mujer y autoridad es una tarea cuesta arriba, pero es también el ser madre y mujer es lo que me tiene aquí. Esa convicción y compromiso de construir una mejor comuna para todos los hijos e hijas de Valdivia”.
¿Cómo fue su experiencia en este sentido cuando su padre fue rector, otro cargo público importante?
“Creo que sobre todo me llenó de admiración. Fui afortunada de rodearme de esa vocación pública. Y como ya estaba grande, no sentí ausencia de mi padre sino que más bien una profunda admiración y ganas de aprender”.
¿Qué siente cuando ve a otras madres valdivianas trabajar a tiempo completo? ¿Qué sentimiento le produce?
“Primero mi profundo agradecimiento y admiración. Que cada una, con las complicaciones del día a día -¡que no son pocas!- contribuye a la desafiante labor de forjar el futuro.
Criar es hacer futuro. Y como alcaldesa, mujer y mamá les digo que en ese camino somos muchas. No nos soltemos, apoyémonos , porque sabemos que vale la pena batallar por un mejor futuro para nuestros hijos y para nuestra comuna”.
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