“He recibido más de dos mil llamadas con amenazas y discriminación”, dice Julio Santander, representante de la comunidad indígena que reclama derechos sobre la Ruta Riñinahue-Pocura-Rupumeica, en la zona cordillerana de la comuna de Lago Ranco.
Se trata de la Ruta T-567 que se mantiene cerrada desde septiembre, instalándose en el sector Pichico un letrero que expone las razones del cierre de la vía, señalando que se encuentra protegido por el Art. 12 de la Ley 19.253, de protección de tierras indígenas.
Julio Santander conversó con Diario Lago Ranco y habla por sus ocho hermanos, cinco de los cuales viven en el terreno por el cual pasa este camino que, según explica, es parte de su propiedad y no un camino público, por lo que procedieron a su cierre, acción que ha levantado desconfianza en la zona.
Santander aclara que el camino en realidad no está cerrado para el libre tránsito, y que solo está cerrado para la Municipalidad de Lago Ranco y la Dirección de Vialidad.
La extensión de esta ruta abarca una longitud que suma 2 hectáreas, “esta situación es muy compleja para nosotros porque esta propiedad es privada, no cuenta con camino público, tenemos la escritura en mano y ahí no aparece ningún camino”, afirma Santander.
Dicha escritura data del año 1983, y dice haberle entregado copias a cuanto organismo estatal tenga que ver con este conflicto, a fin de demostrar que no está equivocado y que en dicho documento no está establecida la existencia de un camino público.
Apunta a que la Dirección de Vialidad pretende quitarles “a la mala” la extensión que conforma el camino, “nunca pensamos que Vialidad se iba a hacer dueño del camino por la fuerza, porque nosotros no hemos firmado nada ni nos han hecho consulta”, indica.
Para explicar su postura y la de su familia, Julio Santander retrocede hasta aproximadamente el año 1970, cuando su padre hizo un trato y autorizó a una empresa maderera para entrar a su predio y abrir una faja que permitiera a los camiones sacar madera desde otras propiedades en el interior.
Como se entendía que el camino era parte de su propiedad, el padre de Julio instaló una tranca en el acceso recién creado, pero eso cambió hacia 1980 según su relato.
“A mi papá lo empezaron a amenazar para que diera la pasada a más gente, él tenía una tranca con llave y venían los carabineros y lo hacían sacar la cadena”, explica, pero él siempre se resistió a aceptar que le ordenaran por la fuerza a abrir el camino.
“En el año 1995 fue la última vez que tomaron detenido al finado de mi papá y lo amenazaron con 5 años y un día de cárcel”, asegura.
El conflicto continuó, de hecho “en el año 2005 tomaron detenidos a mis hermanos porque vino una empresa que iba a ensanchar el camino, y mis hermanos no los dejaron entrar”.
Julio se muestra muy seguro que la razón está de su lado, por eso no se explica cómo hoy aparece el camino enrolado por Vialidad. “No le estoy quitando nada al Estado, ni le estoy pidiendo, lo único que quiero es que nos dejen tranquilos y si hay que negociar, negociamos”, expresa.
Dice que una posibilidad de acuerdo sería una permuta, aunque para ello es necesario que el MOP y Vialidad reconozcan que el espacio ocupado por el camino es ciertamente propiedad privada, y esa posibilidad está lejos de ser una realidad.
A través de un comunicado, el director de Vialidad del MOP, Álvaro Palacios, explicó que ”personal de la Dirección de Vialidad ha notificado al particular, la orden de aperturar sin condiciones y en un plazo de 10 días el mencionado camino público”.
El acto de notificación se efectuó para que el camino sea liberado para su normal tránsito, al tratarse de una vía pública.
“El documento presentado al particular, emanado desde la Subdirección de Desarrollo de la Dirección Nacional de Vialidad, estableció que el citado camino no cuenta con ninguna modificación respecto de su último proceso de enrolamiento, por lo que la vía sigue siendo de rol de uso público”, se lee en el texto.
De no cumplirse la apertura de la vía en el plazo indicado, se procederá a hacer uso de la fuerza pública.
En tanto, la acción tomada por Santander y sus familiares es vista con desconfianza por lugareños que hacen uso del camino, asi también por la municipalidad de Lago Ranco que presentó una denuncia, y la incertidumbre crece conforme se acerca el verano y la llegada del turismo.
Julio explica que existe otra ruta que pudiera ser utilizada como alternativa, una antigua servidumbre de paso que aparece en los mapas de la zona pero, dice, a Vialidad no le interesa porque tendría que invertir muchos recursos en esa ruta.
Julio Santander dice que está dispuesto y esperando que lo demanden ante la justicia. “Estoy esperando que me demanden, para terminar con esto y que en el tribunal se vea que lo que digo es cierto”, indica con plena seguridad.
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