La extracción de la corteza es un acto que puede llegar a causar la muerte de un árbol. Este daño es el que se ha observado recientemente en diez alerces del Parque Nacional Alerce Costero en la región de Los Ríos.
El hecho preocupa enormemente no solo a Conaf, sino a académicos de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales de la UACh, quienes durante décadas han desarrollado proyectos científicos en el área, los que han estado enfocados en la investigación y conservación de esta emblemática y antigua especie milenaria.
Así lo dieron a conocer la investigadora Dra. Rocío Urrutia, profesora adjunta de dicha Facultad y Presidenta de la Corporación Alerce y el Dr. Antonio Lara, académico de la UACh e investigador principal del (CR)2.
“Se ha constatado que algunos visitantes del parque le han sacado parte de la corteza a individuos de alerce. El daño causado a uno de ellos en particular (localizado en el sendero “los incendios del pasado”), es de proporciones y lo condenamos profundamente. Si esta acción es grande y reiterada puede dañar mucho al árbol, ya que se destruye el tejido por donde se distribuyen los nutrientes a las raíces, además del cambium, que es donde se genera el crecimiento del árbol”, explicó la Dra. Urrutia, quien además indicó que esto fue denunciado en un conocido programa de televisión.
La corteza del árbol, que es gruesa y esponjosa, es capaz de almacenar agua y lo protege del ataque de organismos patógenos y contra incendios. Es por esto que la extracción de su corteza deja a estos ejemplares en un estado muy vulnerable, en especial en el contexto del cambio climático, donde cada vez está más seco, los árboles sufren de estrés hídrico y se generan las condiciones propicias para la propagación del fuego.
“El árbol es un ser vivo y muchos de nuestros alerces han estado en este planeta desde hace siglos, incluso milenios, existiendo individuos que superan los 4 mil años de edad. Es importante que los turistas que visitan las áreas protegidas tomen conciencia de esto. Queda menos del 50% de los bosques de alerce que había originalmente por culpa de nosotros, los humanos. Éstos representan solo el 1,5% de los bosques de Chile, pero es un patrimonio nacional único que todas y todos tenemos la responsabilidad de cuidar”, destacó la investigadora.
Asimismo, se enfatizó en la importancia de que el visitante, antes de entrar a un sendero, pregunte y conozca de qué se trata, los aspectos característicos de la especie, así como la longevidad de los alerces. “Si bien existen placas interpretativas, la gente no siempre las lee. Es importante valorar lo que se visita y entender la importancia de cuidar todo tipo de vegetación, ya que cada planta forma parte de un ecosistema único, todo tiene una dinámica que es natural. Si uno se ve afectado, también afectará de una u otra forma al ecosistema completo”, advirtió.
El Dr. Antonio Lara, quien ha estudiado los bosques de alerce, señaló que “por 35 años hemos investigado y trabajado en la conservación de esta especie. Los hemos defendido de las cortas ilegales, de los incendios intencionales, logramos detener la exportación de su valiosa madera. Ahora los defenderemos de los impactos ocasionados por desconocidos”.
Destacó también que el alerce fue declarado Monumento Natural en 1976, desde cuando se prohíbe la corta y daño a cualquier individuo de la especie. Hoy se encuentra lamentablemente en peligro de extinción.
Daños en áreas protegidas
Pero no es solo el Parque Nacional Alerce Costero el que ha sufrido las malas prácticas de visitantes desconocidos. Hace semanas atrás, un árbol fue tallado con un corazón en el Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins. Por otro lado, en el Parque Nacional Alerce Andino se destruyeron tiempo atrás instalaciones para investigación científica que estaba desarrollando la Dra. Urrutia.
Antonio Lara indicó que “nos damos cuenta de que existe un problema serio de falta de educación ambiental. Sumado a esto, se requiere una mayor dotación de guardaparques que puedan hacer una adecuada protección del Parque Nacional Alerce Costero, un patrimonio que necesita ser protegido contra el vandalismo. Esta área protegida recibe más de 3 mil visitantes al año y, por estar adyacente al camino entre la Unión y Hueicolla, presenta crecientes amenazas”.
“A quienes trabajamos con bosque nativo, y con alerce específicamente, nos da mucho temor de que por descuido o intencionalidad se generen incendios”, agregó Rocío Urrutia.
Ambos investigadores hicieron un llamado a respetar y cuidar las áreas naturales que se visitan, y a destinar más fondos para una mayor fiscalización y monitoreo por parte de la Corporación Nacional Forestal. Los propios turistas también pueden contribuir al cuidado de nuestros parques, educando y denunciando en el caso de presenciar un acto que atente contra la naturaleza.
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