La alusión es obvia: “educación pública y de calidad” fue uno de las frases que más se vieron en las marchas estudiantiles del 2006 y 2011. Fue la chispa inicial de un camino reivindicatorio de lo público.
Quizás paradójicamente, o paralelamente, el mismo año 2006, el colectivo Quarzo, formado por un grupo de estudiantes de Artes Visuales de la Universidad Austral, pintaban su primer mural en un muro de la calle Los Laureles, justo afuera de su facultad.
Desde entonces el colectivo, compuesto en la actualidad Claudio Voitmann, Carlos Escuvier, Luis Chávez y Esteban Matamala, ha dejado su huella en los muros de Valdivia como nadie que les preceda, convirtiéndose con el correr de los años en referentes locales y nacionales de esta forma relativamente reciente de expresión artística.
"Debemos separar la idea de Mural Tradicional, Grafiti y Street Art.
Preferimos hablar de Pintura Publica", aclaran desde Quarzo.
Entre sus obras puedes contar el pudú de calle Chacabuco, el acordeonista de calle Errázuriz, el mural del Cesfam de Las Ánimas, el de la ex Chunga Chacotera en calle O´Higgins, y el del terremoto recientemente terminado frente al Teatro Cervantes, por mencionar solo algunos.
Ciertamente sus imágenes no son grafitis sino más bien pinturas intensas con un estilo expresionista en el que el realismo se encuentra con la caricatura a medio camino. Personalmente, creo que también en esta elección de técnica pictórica hay algo esencialmente democrático ya que encanta tanto a un niño o niña, como a adultos y mayores.
¿Y qué pintan? ¿A qué personajes y paisajes hacen alusión?
“Las temáticas más exploradas a nivel del sur de chile son, la fauna y flora nativas, esto habla bien del cambio generacional que sabe que existen estas especies y desea conservar y disfrutar más conscientemente de su entorno natural. Esto provoca una mejor aceptación de estas expresiones de arte público. En cuanto a la temática humana, pensamos que debemos ahondar mucho más y encontrar nuevas lecturas del cuerpo personal y el colectivo. Como para no caer en el romanticismo del naturalismo”, señalan a Diario de Valdivia.
Hay una pintura expuesta en el centro de eventos Rata Evenená que capta esa ambición por alimentar el imaginario local con algo más que inocentes paisajes y aves.
Este cuadro se podría apreciar como un perturbador relato de la vida bohemia valdiviana. En una imagen de tintes bíblicos, tres compañeros de farra transportan en un bote a un amigo borracho. Son parte de la fauna fluvial y se confunden en ella con gorros que son cabezas de bandurrias y jotes. De fondo se aprecia un cielo de densas nubes encapotadas de lluvia y una ciudad gris e indiferente.
LA BUSCADA TRANSICIÓN
Al igual que con Carlos Rivera en Mariquina, es notable como este tipo de artistas han logrado hacer la transición desde una actividad aficionada a algo más profesional.
“Gracias a instituciones públicas y privadas que ven en nuestro hacer una posibilidad de visualizar sus ideas a través de esta expresión artística, y ver sus aplicaciones directas sobre espacios destinados a ser solo muros transformarse en arte, es algo muy gratificante. Sin los aportes y esfuerzos de personas que si creen que las artes cambian la dinámica de los espacios públicos abiertos a las personas, no podríamos desarrollar gran parte de nuestro trabajo. Nos parece muy bien que las instituciones y personas que lo deseen puedan invertir recursos en pos del bienestar común que genera una obra de arte tanto pública y abierta como privada” comentan en relación a cómo dar tiraje a esta fenómeno cultural que parece cada vez mas consolidado en ciudades como Valdivia o Temuco.
“Creemos que Valdivia debe integrarse a esta corriente de arte que es un movimiento global. A través de redes vemos miles de obras, muchas de ellas pintura pública de gran calidad, financiadas por instituciones públicas, fundaciones y empresas privadas que confían en el potencial estético y criterio de artistas viendo un importante bienestar de las comunidades que habitan en torno a estas obras”, agregan.
Por último les preguntamos cuál es su visión a futuro de este verdadero movimiento que incluye colectivos como ustedes e incluso jóvenes que se dedican a esto de manera individual. ¿Cuál es el norte de modificar el paisaje urbano del sur?
“El futuro es pensar la ciudad de manera inteligente en donde la convicción de que esta forma de expresión artística tiene mucha proyección dado los beneficios asociados a la relación entre espectador y obra son reales y medibles por tanto entregan resultados. Las trasformaciones de las ciudades cada vez más pobladas requieren este tipo de expresión artística como un descanso y salida al gris ciudad que ve en estas expresiones la posibilidad de respirar y salvar espacios de uso/desuso como un estacionamiento y de tránsito como un puente. Hacer de la ciudad una galería de arte va en directo beneficio de sus habitantes que con solo transitar en ella podrán disfrutar de arte de manera directa, de acceso universal, de calidad y pública”, concluyen.
Aquí te dejamos imágenes de su valioso trabajo realizado en Valdivia y Corral.
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