Es gracias a ellas que inversores novatos y experimentados pueden adquirir o vender un contrato CFD a través del cual acceden a un activo subyacente, que puede ser una acción por ejemplo, siempre apostando a que se revalorice y genera beneficios.
El contrato por diferencia CFD es aquel que permite por medio de una firma entre las partes el intercambio de la diferencia entre el precio de compra y el de venta de un activo determinado, el cual no necesariamente tiene que ser propiedad del inversor.
Para mayor información puedes echar un vistazo a alguna guía sobre Contratos por Diferencia CFDs, mediante la que podrás conocer a profundidad sobre este tipo de inversiones y cuáles son los mejores brókers del momento.
Los CFDs permiten a un gran número de personas el operar con diversos productos financieros sin complicaciones y con poco capital. Estos además son una herramienta potente que usan en el sector de trading social para ofrecerla a traders e inversores al igual que el Forex.
Los contratos CFDs no son estándar por lo tanto cada empresa está en la libertad de determinar las características de sus contratos, aunque siempre van a prevalecer algunos puntos en común:
Siempre van a ser instrumentos financieros negociados OTC o lo que es igual, en mercados carentes de regulación. Te permiten acceder a un buen número de opciones respecto a los activos subyacentes de cada contrato.
En la mayoría de las contrataciones existe una proporción directa entre el producto subyacente y el contrato CFD, lo que significa que se puede conseguir la misma ganancia tal como si se fuera el poseedor del activo subyacente.
Los contratos no tienen vencimiento, significa que la posición cierra al momento de hacer una nueva operación pero en sentido contrario.
El CFD por lo tanto se entiende como aquella transacción por medio de la que ambas partes acceden a intercambiar dinero basados en el cambio del valor de un activo subyacente, lo cual ocurre entre el punto inicial cuando se abre el contrato y el punto final cuando se cierra la transacción y tampoco hay intercambio físico de activo financiero alguno.
Quién se beneficia con la ganancia en los casos donde el valor del activo subyacente aumente o realiza la pérdida en caso de que este valor baje.
Aquí la situación es a la inversa, es decir, el vendedor pierde cuando el valor subyacente aumente y se beneficia cuando este mismo valor subyacente experimenta una caída.
En las compras por CFD interviene un bróker mediante el cual se ingresa la orden de compra en la plataforma correspondiente para negociar la compra de CFD, de un activo subyacente.
Se determina el precio de ese subyacente al momento de hacer la transacción, supongamos que es de 200 euros. Este mediante el bróker va a un mercado paralelo que en la mayoría de los casos es un mercado interbancario, desde allí se ejecuta pero a diferencia de una compra de acciones tradicional aquí el inversor no recibe el activo de forma real y en su lugar recibe un derivado.
Es decir, no verá en su balance la carga de activo ninguno, pero tampoco el dinero que utilizó para la compra será debitado; en su defecto será bloqueado hasta que se cierre la operación, siempre mediante la aplicación de un margen de garantía que realiza el bróker.
Si la transacción se realiza con apalancamiento x 1 o lo que es lo mismo cero apalancamiento, el capital bloqueado será de 200 euros correspondiente al valor de una activo subyacente.
Si al momento del cierre el activo se revalorizó en 204 euros y se vende a ese precio, se obtiene una diferencia favorable de 4 euros.
Para todo esto solo necesitas una cuenta trading con una cantidad a favor que debe cubrir como mínimo la transacción a realizar, la cantidad bloqueada dependerá de cuántas son las posiciones abiertas y el nivel de apalancamiento utilizado.
Por ejemplo si se adquiere un activo subyacente valorado en 200 euros con un apalancamiento de x 2, significa que el capital que quedará bloqueado será de 400 euros y si al cierre del contrato este activo se revalorizó en 204 euros, el resultado a sería favorable en 8 euros (4 x 2). Es decir mismo capital pero con doble apalancamiento, para duplicar el beneficio.
De igual forma puedes invertir la mitad del capital pero escoger un apalancamiento de x 2, lo cual equivaldría al valor de un activo que si al final y siguiendo el mismo ejemplo se revaloriza te va a permitir obtener beneficios como si hubieses invertido el 100% del valor del activo.
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