El día 8 de marzo debemos hacer un alto para pensar qué significa ser mujer en la sociedad actual. En los últimos años, se ha avanzado en tener una mayor conciencia colectiva de género –especialmente entre las generaciones más jóvenes– y este día lo debemos utilizar para reunirnos –jóvenes y adultas– a conversar sobre lo que hemos logrado y lo que falta para se reconozcan nuestros quehaceres cotidianos al igual que nuestros derechos.
En Chile, no podemos negar que ha habido avances, principalmente desencadenados cuando Michelle Bachelet asumió como la primera mujer presidenta de la república. Su política de construcción de salas cunas, permitió que las mujeres puedan trabajar con la seguridad de que sus hijas e hijos están siendo bien cuidados. La presidenta también propició la creación del Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género (MinMujeryEG), ayudando a que desde la más alta institucionalidad se contrarresten las desigualdades entre mujeres y hombres y, promulgó la Ley de Cuotas Parlamentarias, permitiendo aumentar la elección de diputadas y senadoras de diversas tendencias políticas.
Sin embargo, aún queda mucho por avanzar. Es urgente que el Estado fortalezca las políticas públicas, que buscan reducir la brecha de inequidad entre mujeres y hombres, inequidad que se traduce en la falta de formación y protección para las mujeres. No puede quedar a criterio de las alcaldesas y alcaldes el contar con Oficinas de la Mujer, y aún más grave, no puede ser que sólo algunas comunas tengan Centros de la Mujer –dispositivo del MinMujeryEG– que entrega apoyo social, psicológico y jurídico a víctimas de violencia intrafamiliar.
También, es necesario que el presidente Sebastián Piñera apoye la Ley de Cuotas Municipales, lo que ayudaría a aumentar la participación política de las mujeres a nivel local. De los 345 municipios del país, sólo 41 son dirigidos por mujeres y hay muchos concejos municipales conformados exclusivamente por varones.
Es imperioso intervenir los currículos educativos para avanzar hacia una educación no sexista, donde desde la más tierna infancia se forme a niñas y niños con igualdad de condiciones y de oportunidades. Pero para esto, debe existir un compromiso desde los hogares, especialmente de los varones, quienes deben asumir un nuevo rol, acompañando a sus parejas en el trabajo doméstico y en el cuidado de las hijas e hijos.
Esta semana fui invitada a exponer a un encuentro de la Red de Alcaldesas por la Democracia y la Paz, en Cartagena de Indias, Colombia, donde una alcaldesa comentó que las mujeres somos el 50% de la población y madres del otro 50%; por lo tanto, nosotras tenemos la gran responsabilidad de dejar de criar hijas e hijos machistas y de establecer relaciones de iguales con nuestros compañeros, lo que nos permitirá avanzar como sociedad en equidad de género.
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Ramona Reyes Painequeo fue concejala durante un periodo y ya lleva 10 años como alcaldesa de Paillaco, siendo la única alcaldesa de la Región de Los Ríos; durante 4 años fue presidenta de la Asociación de Municipalidades de la Región de Los Ríos y actualmente, además de presidir la Comisión de Mujer y Género de la Asociación Chilena de Municipalidades, participa en las directivas de la Asociación de Municipalidades con Alcalde Mapuche (AMCAM) y en la Red Iberoamericana de Municipios por la Igualdad de Género.
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