Con imágenes de drone y actividades en terreno, científicos del Centro IDEAL y la Universidad de Oxford realizan un mapeo con el fin de tener un panorama completo de estos ecosistemas, ayudando así a su conservación.
Los bosques submarinos del alga gigante Macrocystis pyrifera (huiro o sargazo) constituyen uno de los ecosistemas más extensos y diversos del océano. Estas macroalgas – que pueden alcanzar dimensiones de más de 70 metros- otorgan refugio y alimentación a innumerables especies marinas. A pesar de su importancia ecológica, todavía no se tiene certeza de su compleja extensión a nivel global, especialmente en el extremo austral de Sudamérica, ni cómo sus patrones de distribución y abundancia se han visto afectados por el cambio climático, debido a que es logísticamente muy complejo desarrollar estudios de campo que permitan tener una visión completa de este tipo de comunidades.
Por ello, los investigadores Alejandra Mora, geógrafa de la Universidad de Chile y estudiante doctoral de Universidad de Oxford y el Dr. (c) Mauricio Palacios, del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) se encuentran trabajando en un sistema de detección mediante la utilización de imágenes satelitales, que permitirá establecer una estimación real de la distribución de estos bosques submarinos, particularmente los que se encuentran en el Estrecho de Magallanes.
“Realizar trabajos en terreno en esta zona es complejo y obtener imágenes satelitales con cielos despejados aún más. De 500 imágenes obtenidas en 3 años, 90% están cubiertas con nubes, por lo que es necesario filtrar y procesar gran parte de esa información”, comenta Alejandra Mora, quien diseñó un algoritmo que actualmente está validando con sobrevuelos de drone y muestreos en terreno.
La investigadora agrega que “para el resto de la población estos bosques son totalmente desconocidos, y si están invisibilizados no habrá interés en conservarlos. Actualmente, como no existe un sistema de monitoreo dedicado a este ecosistema, aún no sabemos exactamente dónde están ni tampoco si han cambiado su extensión en los últimos años ”.
En tanto, Mauricio Palacios, quien ha centrado su interés en descifrar la fisiología de este tipo de organismo, comenta que “para las imágenes registradas por Alejandra es necesario una validación en terreno, por lo que estamos caracterizando la dinámica poblacional de estas macroalgas en el Estrecho de Magallanes, y además de aquellas comunidades ubicadas en el Fiordo Yendegaia (canal Beagle), que están expuestas a diferentes estresores ambientales. Estas respuestas fisiológicas, como la productividad de carbono y la biomasa disponible, complementarán el mapeo realizado por el drone, obteniendo un análisis completo de esta área”.
Los investigadores se encuentran trabajando desde la boca oriental del estrecho de Magallanes hasta el Faro San Isidro, lo que complementarán con un análisis poblacional, ya realizado en el Fiordo Yendegaia, y levantamientos de información en otras áreas de la región -realizados en colaboración con la Fundación Ictiológica de Chile– desde el sector de Isla Carlos III hasta Cabo de Hornos. “Este método tiene muchas proyecciones para poder hacer estimaciones globales de la distribución de este ecosistema, lo que puede ayudar a su protección en otras costas del mundo”, agrega Mora.
Esta colaboración de tesis doctorales entre la Universidad Austral de Chile y la Universidad de Oxford, ayudaría a disponer de un panorama completo de la salud de estos ecosistemas que forman parte de los bosques submarinos de huiro más extensos de la Patagonia.
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