Desde septiembre se prepara el club de montaña Ranco Andino y Alerce Outdoor para disfrutar de la segunda versión el esperado “Entre Lengas”, jornada de ski randonee que se desarrollará en el Cordón del Caulle el próximo 1, 2 y 3 de noviembre.
El equipo conformado por alrededor de 50 socios, amantes de las aventuras al aire libre, ha realizado varias rutas, incluida una visita al cordón Caulle, con el objetivo de enfrentar de buena forma el desafío outdoor del Entre Lengas.
Sobre esta preparación, el socio del club, Patricio Parra, cuenta su experiencia en el último ascenso al Caulle, que hasta hace muy poco estuvo con alerta amarilla por la actividad volcánica que presentaba el macizo.
En su recorrido, Patricio cuenta que, en su primer viaje en el mes de mayo, el camino estaba despejado y el paisaje era principalmente seco y arenoso, pero en esta ocasión, los sorprendió la abundante nieve y cómo el paisaje se fue trasformando con la llegada del invierno.
A continuación, su relato:
“Fuimos alrededor de 15 participantes entre mujeres y hombres de todas las edades que comenzamos el viaje. Pude comprobar más adelante a la hora de comer; las mujeres del grupo volvieron a ser las mejores preparadas, lo cual se agradece siempre. No voy a negar que una gota de ansiedad y casi miedo me invadió, teniendo presente que estábamos con alerta amarilla y siempre está vigente el recuerdo de lo vivido el 2012 en Lago Ranco.
Ese primer día fue de capacitación, Alerce Outdoor nos ayudó a mejorar la técnica en el armado del campamento, nos enseñaron a prevenir lesiones y resolver algunos problemas que se pueden ocasionar en la montaña.
El lugar de armado del campamento base es increíble (fundo del Sr. Parra), la naturaleza verde y los esteros son una maravilla, ir en búsqueda de agua es un placer. Sobre todo, destaco apreciar el cielo esa noche; sus claras estrellas y el silencio perfecto. Tener la oportunidad de fotografiarlas realmente no tiene precio. Fueron mis primeras fotografías nocturnas que aún no paro de revisar en mi computador. En resumen, una noche así es un deleite, muy por encima que cualquier maratón de serie televisiva que pudieras tener en la lista.
El día domingo a eso de las 5 de la madrugada nuestro guía más experimentado, Erwin, luego de la charla de rigor, nos instó acomenzar la travesía hacia el Cordón del Caulle, el cielo seguía igual o más radiante que cuando me fui a dormir, la misión era despejar y demarcar la ruta.
A medida que comenzaba a amanecer el cielo se volvía morado y después anaranjado, nosotros veíamos los primeros rastros de nieve en el camino y estábamos próximos a llegar a disfrutar de un hermoso bosque de lenguas (por eso el nombre del evento "Entre Lengas"). No se puede describir la alegría que sentí de volver a sacar mi cámara para capturar las primeras fotografías del día. En mi vida ejerciendo como ingeniero nunca pensé que desarrollaría tal pasión por la fotografía, no soy ningún experto, todo lo contrario, llevo la pasión del novato y la ruta del bosque de lengas se encarga de potenciar esa pasión. Los rayos de sol esquivando los arboles crean una visión majestuosa.
Lo que siguió fue cada vez en aumento, como club nos hemos convertido en un grupo unido y solidario, donde hemos aprendido a reconocer nuestras debilidades y a escuchar a quienes tienen más experiencia que nosotros, eso logra que el disfrute de la ruta sea colosal, increíble y sobre todo te deje con ganas de más, esas ganas de volver, de querer que todos los fin de semana fueran así junto a tus amigos y seres queridos, esa sensación que te olvidas que el próximo día será lunes y que lo único que extrañas es a esa persona especial que quisieras que estuviera allí junto a ti, disfrutando como niños, hundiéndote en la nieve para después caminar con las raquetas con la soberbia "aquí mando yo", aunque no dura mucho, ya que la naturaleza y específicamente los senderos siempre se encargan de ponerte en tu lugar.
Ya espero ansioso este 1 de noviembre para disfrutar el evento Ski Randonee” Entre Lengas" y ser nuevamente los únicos que perturbemos el lugar, para después sentarnos a contemplar y volvernos uno con la montaña.
“Tenemos una naturaleza de ensueño muy cerca de nosotros, solo debemos valorarla, disfrutarla y sentirnos privilegiados por eso”.
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