Siempre ha sido un enigma en la investigación científica, ya que a pesar de los grandes adelantos aún existen dudas sobre el, por ser un fenómeno pasivo en donde parecía que no ocurre aparentemente nada, pero que tras la aparición de nuevas técnicas de medición de la actividad eléctrica cerebral, se ha podido observar que es todo lo contrario.
Cada noche cuando duermes, pasas por diferentes fases donde sucede un patrón repetido a lo largo de cuatro a seis ciclos de sueño durante la noche, con grandes diferencias en la actividad cerebral, muscular y movimientos oculares.
El sueño es necesario para que el organismo cumpla sus funciones correctamente. El cuerpo es capaz de guardar un equilibrio que, en caso de no estar al 100%, busca los medios naturales de recuperación. De hecho, se ha podido comprobar que eliminar completamente la posibilidad de dormir puede ocasionar la muerte en poco tiempo. Estas mismas investigaciones han llegado a estudiar las distintas funciones del sueño y sus diferentes etapas, y aunque todavía queda mucho por descubrir, lo que sí es verdad es que el sueño está ligado a la reparación cerebral y de tejidos corporales, además de ayudar a conservar y recuperar la energía.
Una de las tareas más importantes del sueño es la regulación de la temperatura del cuerpo, ya que funciona como un termostato que mantiene la temperatura necesaria para que el organismo funcione correctamente y de esta forma facilitar los procesos metabólicos y hormonales.
Cuando se suprime el sueño, se produce un claro deterioro en el funcionamiento diurno, pues obligatoriamente se genera una disminución en el rendimiento intelectual que prohíbe la concentración y el acceso a los recuerdos, así como la capacidad de abstracción y razonamiento lógico.
Otro factor que influye en la falta de sueños es la disminución de reflejos, y cualquier persona con falta de esta tardará más tiempo para reaccionar a un estímulo, haciendo que existan más riesgos de accidente de tráfico, domésticos y laborales, además de desarrollarse trastornos psiquiátricos.
También tienes que tener en cuenta que no solo influye la cantidad de tiempo que duermes, sino también la calidad del sueño, ya que si el sueño es interrumpido o acortado, hay indicios de que la calidad del sueño no está garantizando un buen descanso para mente y cuerpo.
Es necesario que duermas por lo menos siete horas al día, para que el organismo funcione en pleno rendimiento, aunque esto puede variar según la edad o el estado de salud que tengas, lo que sí es cierto es que te va a permitir tener una mejor calidad de vida.
Si una persona necesita más de diez minutos para conciliar el sueño en la noche y al despertar por la mañana, se vuelves a dormir a los pocos minutos, se sienta muy cansado y padezca de somnolencia diurna, ronca o se despierta asfixiado, son signos claro de que está teniendo un descanso nocturno inadecuado.
Aunque es normal que se tenga dificultad para dormir de vez en cuando, presta la debida atención, ya que muchas veces existen trastornos de sueño de manera irregular y es posible que necesites algunas pruebas para saber si alguien tiene un trastorno de sueño o que necesita comenzar con un tratamiento para mejorar la capacidad del sueño.
Al tener problemas para dormir se debe recurrir a una clínica del sueño y hablar con un doctor especializado, quien ofrecerá la posibilidad de realizar una evaluación adecuada del sueño, para decidir el curso del diagnóstico que se debe seguir y se pueda tener el sueño que necesitas.
Tras una evaluación de los resultados que se obtengan, se podrá proponer el tratamiento que va a depender de la naturaleza del trastorno, con un seguimiento de tu evolución que se realizará en consultas posteriores ya que cuentan con el respaldo de un equipo multidisciplinario de médicos especialistas, psicólogos, técnicos en neurofisiología y terapia respiratoria que ayudarán a que puedas tener calidad de vida y buena salud.
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