Diario Frutícola
Por Yopublico.cl , 20 de noviembre de 2023

Vinos y Gastronomía: Maridajes que cautivan

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Maridar, es el arte de combinar aromas y sabores con el fin de crear una experiencia gustativa memorable. Esto como se considera un arte, busca transmitir que existe un baile en el que la comida y el vino se convierten en pareja, en un baile con ritmo que acentúa lo mejor de cada uno.

Maridar, es el arte de combinar aromas y sabores con el fin de crear una experiencia gustativa memorable. Esto como se considera un arte, busca transmitir que existe un baile en el que la comida y el vino se convierten en pareja, en un baile con ritmo que acentúa lo mejor de cada uno. Entonces el maridaje tiene como finalidad transformar una comida clásica o tradicional es una experiencia excepcional, a través de la exaltación de las características del plato como del vino. Pero es importante considerar que una elección desacertada puede opacar o incluso arruinar los sabores.

Hay dos enfoques de maridar: por similitud y por contraste. La primera implica combinar vino y comida que comparten características comunes, por ejemplo, un vino blanco puede ir bien con un ceviche fresco, donde ambos, por su acidez y frescura, se complementan muy bien. La segunda, busca crear un equilibrio al emparejar elemento opuestos que e complementen, por ejemplo, un vino tinto con taninos con una carne grasa, donde los taninos actúan limpiando la sensación de grasa en el paladar.

Pasando de esta idea general, nos adentramos en la diversidad del mundo vinícola y el maridaje. Específicamente en el vino blanco y vino tinto y sus acompañantes clásicos.

El vino blanco, con sus matices que varían desde lo seco a lo dulce, se ha ganado un lugar especial dentro de la pesa, dada su frescura, acidez y ligereza. Esto los hace versátiles y fáciles de combinar con una variedad de alimentos.

El vino blanco se caracteriza por su acidez notable, su frescura, con relación a su sensación vibrante y rejuvenecedor y por sus aromas, tales como frutales, florales o incluso minerales.

Ahora, en cuanto a maridaje, estos quedan perfectos con platos que reflejen su frescura y ligereza, por ejemplo, con pescados, especialmente aquellos de carne blanca y delicada. Se recomienda especialmente un pescado a la parrilla o al limón. Y también con ensaladas verdes con vinagretas ligeras, pues se benefician de la acidez de un vino blanco. Asimismo, ingredientes como nueces, manzana y queso en la ensalada puede encontrar eco con los sabores de este vino.

Este es protagonista en la experiencia culinaria, dada su versatilidad y capacidad de adaptación.

Luego tenemos el vino tinto, estos son conocidos por su profundidad, complejidad y estructura. Su riqueza viene de las uvas tintas y el contacto prolongado con sus pieles durante la vinificación, les confiere el cuerpo, color y una paleta aromática muy particular.

Este tiene ciertos rasgos distintivos, tales como los taninos, estos compuestos se encuentran en las pieles, semillas y tallos de las uvas; además pueden añadir cierta astringencia que se siente como un secado en la boca. Además, en cuanto al cuerpo, esos pueden variar desde ligeros hasta robusto, dependiendo de la uva, procesos de vinificación y crianza. Y finalmente los tintos pueden exhibir una amplia variedad de aromas y sabores, desde furtos rojos y negros, pasando por especias, hasta tonos terrosos, cuero, dependiendo de su envejecimiento y el origen.

Este tipo de vino es acompañante clásico de las carnes rojas, ya sea un jugoso bistec, un cordero asado o incluso una hamburguesa, dado que la estructura y los taninos del vino tinto complementan la riqueza y texturas de las carnes rojas. Los taninos crean un equilibrio en el paladar, pues cortan la grasa de la carne.

Asimismo, es un buen acompañante para quesos curados, esto porque la salinidad e intensidad de estos quesos, como, por ejemplo, el parmesano, manchego o cheddar añejo, encuentran en los vinos tintos un contrapunto. Esto porque el queso hace resaltar las notas del vino y viceversa.

Este vino se destaca por su carácter distintivo y su capacidad para realzar y ser realzado por la comida, dejando experiencia culinarias enriquecedoras y memorables.

El maridaje es una relación delicada entre el vino y la comida, una alquimia donde aromas y sabores se entrelazan para crear experiencias inolvidables. Esto es un arte que realza la experiencia culinaria, y tanto el vino tinto como el blanco juegan roles esenciales en esta relación. La clave está en experimentar, entender las características de cada vino y encontrar el equilibrio perfecto para el paladar.

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