Todo parte con el discurso de Estocolmo, aquel invernal 13 de diciembre de 1971. Son las palabras que Neruda pronuncia ante la Academia Sueca, al recibir el Premio Nobel. Vestido de esmoquin, el autor de Canto general recuerda los días en que debió cruzar la cordillera de los Andes como un fugitivo, en 1949.
El Neruda de 67 años, reconocido por el mundo, revive al Neruda clandestino de 45 años, perseguido por Gabriel González Videla.
Este episodio es el punto de partida de la cinta Neruda fugitivo, de Manuel Basoalto. A 40 años de la muerte del poeta, ocurrida el 23 de septiembre de 1973, Basoalto concluye una obra en la que trabaja, al menos, desde el 2005. Antes, el sobrino de Neruda ya había realizado el documental Neruda, diario de un fugitivo (2005), donde intervenía José Secall como el autor de Residencia en la tierra. El mismo actor repite como Neruda en la película.
El estreno original era en septiembre próximo, coincidiendo con el aniversario del fallecimiento, pero finalmente la exhibición será en marzo del 2014. En el elenco también están Catalina Saavedra y Erto Pantoja.
El filme de Basoalto, quien en su documental contó con la colaboración del escritor José Miguel Varas, se concentra en el período en que el vate logra huir del país, por el paso que conecta Futrono (Chile) y San Martín de los Andes (Argentina). La travesía se realizó el 24 de febrero de 1949, a caballo, y fue una suerte de cinematográfico fin a un año de clandestinidad, con Neruda refugiándose en una docena de casas diferentes, de acuerdo a datos proporcionados por el propio Varas en su libro Neruda clandestino (2003).
En la cinta, Neruda (José Secall) llega al sur para concretar su escape y, al mismo tiempo, comienza a recordar su infancia y adolescencia: los años en las cercanías de Temuco, sus lazos con el padre, los trenes, los bosques.
EL AÑO DEL FUGITIVO
En total, Neruda permaneció clandestino durante 13 meses, entre enero de 1948 y febrero de 1949. Indignado por la represión a los mineros del carbón de Lota y las relegaciones a Pisagua, el poeta publicó en noviembre de 1947, en el diario El Nacional de Venezuela, una extensa columna de opinión que llamó “Yo acuso”, tomando el título del famoso alegato en contra del antisemitismo escrito por Emile Zola en 1898. En tal opinión, Neruda identificaba al Presidente González Videla con la figura de un traidor.
Bastó prender aquella mecha para que el 2 de febrero de 1948 el senador Neruda fuera desaforado. Ese mismo día trató de huir infructuosamente a Argentina por el paso de Portillo, junto a otros tres comunistas. Durante los siguientes 13 meses lo esperarían 11 moradas diferentes, un cambio en su aspecto físico ejemplificado en una oscura barba, un trabajo contra el tiempo para terminar Canto general y hasta un nuevo nombre: Antonio Ruiz Legarreta, ornitólogo.
El año 1948 se decretó la llamada “ley maldita”, que proscribió al PC, y Neruda se refugiaría finalmente en la hacienda de Hueinahue. El terreno era propiedad de un latifundista partidario de González Videla que se olvidó de sus lealtades políticas: ocultó al poeta sólo por su admiración literaria.
El desenlace ocurrió el 24 de febrero de 1949. Acompañado de tres arrieros, Neruda logró cruzar a caballo desde Futrono a San Martín de los Andes por una ruta de cuatreros. Dos meses después reaparecía triunfal en el Congreso Mundial de la Paz, celebrado en París.
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